El youtuber cubano Kevin Hernández ha generado revuelo al compartir una detallada reseña del recién inaugurado hotel Iberostar Selection La Habana, conocido popularmente como Torre K-23, ubicado en el corazón de El Vedado, La Habana.
Durante su estancia, Hernández y su acompañante quedaron impresionados por las instalaciones del hotel. Destacaron la calidad de la comida, la funcionalidad del gimnasio, la limpieza de la piscina y la cuidada decoración de los espacios. Sin embargo, notaron que el hotel se encontraba prácticamente vacío, lo que atribuían a su reciente inauguración.
Uno de los aspectos más destacados de su experiencia fueron las vistas panorámicas que ofrece la Torre K-23. Al ser la estructura más alta de La Habana, con 42 pisos y 154 metros de altura, la también llamada «Torre López-Callejas», proporciona una perspectiva inédita de la ciudad. Desde sus ventanales, es posible apreciar la extensión de La Habana como nunca antes.
La publicación del video de Hernández desató una avalancha de comentarios en las redes sociales. Mientras algunos seguidores lo felicitaron por ser el primer youtuber en mostrar el interior del hotel, otros lo acusaron de ser «cómplice» del régimen al promocionar una instalación de lujo en medio de la crisis que atraviesa el país. El joven de 19 años se defendió argumentando que hospedarse en un hotel no lo convierte en cómplice y que, bajo esa lógica, utilizar cualquier servicio en Cuba implicaría lo mismo.
Varios internautas pidieron comprensión, señalando que todos desearían disfrutar de una experiencia similar y que Hernández simplemente mostraba una realidad de Cuba. No obstante, muchos enfatizaron la desconexión entre el lujo del hotel y la situación precaria del país. Comentarios como «Un hotel de lujo en un país donde la mayoría no tiene qué comer» reflejaron el sentir de una parte de la población.
La Torre K-23 ha sido objeto de controversia desde su construcción. Con una inversión que supera los 200 millones de dólares, muchos cuestionan la prioridad dada a este proyecto en medio de la crisis económica y social que enfrenta Cuba. Además, su imponente estructura ha sido criticada por alterar el skyline de La Habana y por no respetar las regulaciones urbanas.
Operado por la cadena hotelera española Iberostar, el hotel cuenta con 594 habitaciones y ofrece servicios como gimnasio, spa, piscina y varios restaurantes temáticos. Entre estos destacan el restaurante «Taxi Driver» en la planta baja, el lobby bar «La Dolce Vita» y el restaurante buffet «Fresa y Chocolate», todos ellos con nombres alusivos a películas icónicas. En el piso 32, la terraza «Habana Selfies» ofrece vistas panorámicas de la ciudad, mientras que en la cima del edificio, el Sky Bar «Habana Blues» promete una experiencia única.
La inauguración de la Torre K-23 se produce en un contexto de declive del turismo en la isla. En 2024, solo 2.2 millones de turistas visitaron Cuba, una disminución significativa en comparación con años anteriores. Esta situación ha llevado a cuestionar la viabilidad y pertinencia de inversiones millonarias en el sector hotelero, especialmente cuando el país enfrenta carencias en áreas esenciales como la salud y la alimentación.
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