Un mediano problema de salud pudo haber traído el fin de la carrera del actor William Levy, o al menos quizás le hubiera cambiado el curso a esta.
Entre las tantas cosas que el cubano ha dicho sin tapujos sobre su vida privada, ha salido a la luz una enfermedad que estuvo sufriendo y que de no buscarle una solución, le habría costado quizás el éxito que ha tenido para obtener importantes papeles.
Levy sufrió de alopecia androgénica (calvicie), un padecimiento que le hizo incluso raparse para los Premios Juventud de 2012.
Por fortuna para él, el avance de la tecnología al parecer estuvo de su lado y se especula que acudió a injerto capilar, un método muy popular y demandado en estos tiempos, pero que tampoco aplica para todos los que sufren ese problema.
Levy nunca ha confirmado si se sometió a tal procedimiento, aunque basta con ver su aspecto actual para no dudarlo. Se dice que fueron 5 mil pelos los que llevó de una zona más poblada hasta la parte afectada, injertados uno a uno.
Si desde 2012, etapa en la que admitió haber visto los efectos de la caída del cabello, no se hubiera sometido a ninguna solución, hoy no gozaría de la melena que presume.
De ese año para acá el galán de telenovelas ha podido hacer crecer su carrera gracias a personajes protagónicos que ha encarnado en La tempestad, Café con Aroma de Mujer, el filme En brazos de un asesino, y próximamente en la serie Montecristo.
La alopecia ha figurado como una pesadilla para otros actores de la industria mexicana de entretenimiento, como es el caso de Héctor Suárez Gomíz, a quien el hecho de estar calvo le hizo perder muchísimos personajes de peso. Otro que terminó por alejarse de los sets de grabación fue Imanol Landeta, seguido de Ulises de la Torre, un galán juvenil de los 2000, a quien igualmente la calvicie le frustró varios proyectos profesionales.
