La prohibición que pesa en todos los cielos Europa sobre los aviones rusos ha obligado a que las aeronaves de Rusia tengan que renunciar a rutas o «alargar» sus vuelos, provocando así las consabidas molestias a pasajeros y tripulación, además de la rentabilidad en el coste de la operación aérea.
Uno de estos casos de estos vuelos es la ruta Moscú (Rusia) – Habana, que desde que se desatase la guerra con Ucrania, y los gobiernos europeos decretaran como vetado su espacio aéreo a los aviones rusos, estos han tenido que salir al mar por el Mar de Barens, para luego sortear el Mar de Noruega y salir al Océano Atlántico por el pasadizo que conforman Islandia y Groenlandia.
Recientemente el turoperador turístico con sede en Rusia, Pegas Touristik abordó esta situación y dijo que los pasajeros tardarán 13 horas y 10 minutos en estos vuelos, aclarando que esta ruta «conducirá a un aumento en el costo de transporte de cada pasajero.»
Pegas Touristik dijo que «en las condiciones actuales, un vuelo tradicional es imposible.»
Una cubana, Liudmila Morejón, residente en Rusia citó en su perfil de Facebook que «esto está relacionado con la necesidad de no poder volar sobre el espacio aéreo europeo, que ha estado cerrado a las aerolíneas rusas desde marzo de este año (…)»
«Primero, el avión se dirigirá hacia Murmansk, luego alcanzará la costa de Noruega a lo largo de un amplio arco, cruzará el Atlántico, pasará entre Islandia y Groenlandia y luego «descenderá» hacia los trópicos,» señaló.
Morejón, citando una fuente, señaló de manera acertada que, «en agosto, Nordwind ya utilizó esta ruta para realizar un vuelo a Caracas (Venezuela), mientras que el Boeing-777-300 voló 11.332 km con una distancia máxima de 14.685.»
«En marzo, hubo vuelos de exportación de Aeroflot desde Cuba, por lo que los vuelos son posibles.»
Sin embargo, esta «alargada ruta» tiene varios inconvenientes además de mayor tiempo en el aire y pasajes más caros.
Uno de ellos está relacionado con el uso de un aeropuerto de emergencia.
Uno de los expertos citados por la fuente señala de manera acertada que esta ruta hacia los trópicos – ruta Moscú – Habana, Moscú – Varadero, Moscú – Caracas, por ejemplo – «pasa cerca de las fronteras hostiles de los Estados Unidos, Canadá e Islandia, donde se encuentra la base militar de la OTAN.» En caso de una emergencia, ¿dónde aterrizar?
El experto explicó que, un aterrizaje no planificado en el territorio de los países de la OTAN muy posiblemente conducirá al arresto del avión debido a las sanciones económicas a Rusia.
Debido a eso, «el transportista en este caso también incurrirá en grandes gastos relacionados con la necesidad de retornar varios cientos de pasajeros a Rusia.»
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Otro problema está relacionado con la autonomía de vuelo. Al tener que disponer de un combustible extra, debido al peso, los aviones tendrán que viajar con menos peso en sus bodegas y cabinas. Es decir con menos pasajeros, lo cual implica que aquellos que viajen deberán «cubrir» esa diferen$ia que, en un vuelo tradicional se cubría con el boleto de un avión lleno a toda capacidad.
Por ello, indica Morejón, «ninguna de las aerolíneas rusas, incluida Aeroflot, ha reanudado aún los vuelos a CUBA».
Una de las variantes que se estudian es la de utilizar la ciudad de Antalya como trampolín en la ruta, opción ya anunciada por ANEX Tour para los vuelos a República Dominicana (Punta Cana) con turistas rusos.
Antalya es la quinta ciudad más poblada de Turquía, así como la capital de la provincia de Antalya. Es la ciudad turca más grande en la costa mediterránea fuera de la región del Egeo con más de un millón de personas en su área metropolitana y un balneario turístico que, en teoría no tiene nada que envidiarle a las playas cubanas.
Aunque ya los boletos a Cuba están disponibles online, la locura que representa volar 13 horas, con el riesgo de aterrizar de emergencia «en territorio hostil» y ser devueltos a Rusia, no parece muy halagüeña que digamos.
Se supone que los vuelos de Nordwind comenzarán el 1 de octubre y se realizarán 4 veces por semana en Boeing-777-300er, pero todavía están analizando los observadores más expertos por dónde volarán los aviones, sin poner en riesgo a la tripulación, a los pasajeros, y al bolsillo de estos.
