¿Cierto o falso? Las redes sociales, más específicamente Facebook, se ha «conmovido» – y reído, qué pena – con el caso de una cubana que, presuntamente, quería vender un refrigerador y para ello le envió una foto a un miembro de un grupo de Revolico en Facebook. Sin embargo, en lugar de enviarle una foto del «refri», le envió una foto de sus partes íntimas. Más específicamente, de la parte ubicada entre pierna y pierna.
El primer problema vino cuando la mujer, al percatarse del error, olvidó el nombre de la persona a la que le envió la foto. Solo recordaba su apellido, así que tuvo que hacer otra publicación explicando lo sucedido y ahí mismo se fue viral la doña.
Identificada como Rosa Mary Leyva Suárez, la mujer expresó su cuita en el grupo «Revolico Holguín Aquí no se venden papas», y lo hizo de un modo bastante descarnado, sin vergüenza alguna, lo cual desencadenó una serie de comentarios y memes que… bueno, ya los verán y juzgarán Uds. mismos.
«La cosa» se puso más caliente cuando, el que recibió la foto, identificado como Pedro Luis Peña Martínez, respondió, y en el más puro sarcasmo ante lo sucedido, hasta habló de que lo sucedido era un error que podía ser aprovechado por «el enemigo del norte».
El periodista cubano radicado en los Estados Unidos, Ernesto Morales, con 533 mil seguidores en Facebook, rubricó en su página oficial todo este asunto en varios posts. Imaginarán entonces que, con más de medio millón de seguidores que tiene Ernesto, si se puso o no interesante lo sucedido.
Más increíble aún es el hecho de que la página oficialista «Realidades de Holguín» saliera a desmentir a Ernesto Morales, afirmando que el compañero Peña, presidente del CDR#1 en Alcides Pino, Holguín, no tenía la famosa foto del «no refrigerador» de Rosa Mary, calificando todo como «Fake News».
La situación, que ya había alcanzado tintes de culebrón barato, terminó de desbordarse con esta intervención oficial que, lejos de calmar las aguas, provocó una avalancha de comentarios cargados de humor e ironía en redes sociales.
Mientras que algunos proponían que el caso fuera abordado en la Mesa Redonda con la participación estelar de Randy Alonso y la periodista Arleen Rodríguez, otros afirmaban que se trataba de un nuevo intento del imperialismo para desmoralizar a las fuerzas revolucionarias. Los chistes no paraban: que si era un «bollo revolucionario», que si Peña debía ser promovido al Ministerio de Energía y Minas porque «se le acabaron los apagones», y que si el mismísimo Bruno Rodríguez saldría a condenar «enérgicamente» el incidente como parte de un plan subversivo.
La creatividad popular no tuvo freno: bromas sobre actos de repudio, acusaciones de «bollomontaje» y hasta referencias a «refrigeradores con 40 libras» llenaron las redes, dejando en claro que, en Cuba, hasta un malentendido doméstico puede convertirse en un auténtico fenómeno viral.
Y mientras tanto, el compañero Peña, que según «Realidades de Holguín» no tenía ninguna foto comprometedora, terminó envuelto en un escándalo que seguramente le hará replantearse su vida como cuadro del CDR… o al menos evitar aceptar fotos comprometedoras en el futuro.
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