A una semana de haberse disparado en la cabeza, el jefe de la policía de Miami Dade, Alfredo «Freddy» Ramírez, recibió una vigilia en una iglesia local con cerca de 200 personas que oraron por su recuperación.
Ramírez, hijo de exiliados cubanos y autoridad muy respetada por sus colegas y comunidad, se encuentra internado en el hospital general de Tampa donde ha sido intervenido en dos ocasiones. De acuerdo a los médicos ha perdido la visión del ojo derecho pero el ángulo del disparo y la trayectoria de la bala no causaron daño cerebral.
El trágico suceso está aún bajo investigación.
«Esto es tan importante, orar juntos, comentó la alcaldesa del condado Daniella Levin Cava.
Oficiales del territorio, trabajadores allegados y de otras agencias se reunieron en la iglesia bautista en la que también se dio cita la fiscal estatal Katherine Fernández Rundle, según Univisión.
«Fue como mi partner en la lucha contra el crimen aquí en Miami Dade y siempre decía a las personas, a cualquier operación que teníamos que hacer», dijo Fernández. «Nosotros como comunidad tenemos la oportunidad de orar para la recuperación de él».
Al preguntar el reportero sobre la posibilidad de que Ramírez se reincorpore a su puesto de trabajo, la fiscal respondió «él va a volver y vamos a seguir» mientras la alcaldesa opinó «él va a continuar luchando para la comunidad y protegiendo».
De acuerdo a la última actualización de su salud se dice que se mantiene estable y se está recuperando, un proceso que a decir del medio «pudiera ser bastante prolongado».
Ramírez, de 52 años, aún no ha abordado su candidatura en 2024 para el nuevo cargo de jefe de Policía electo del condado, pero observadores políticos dicen que su campaña no puede sobrevivir a lo ocurrido en Tampa. A los electores les resultaría difícil conciliar la imagen pública de Ramírez con las descripciones de un comportamiento peligroso y abatido, escribió El Nuevo Herald días atrás.
Al anunciar un director de Policía interino la alcaldesa Levine Cava enfatizó el costo del trabajo policial en la salud mental de los agentes. “Este incidente es también un trágico recordatorio del papel fundamental que tiene la salud mental de nuestros agentes del orden. La realidad es que estos trabajos son muy exigentes, estresantes y emocionalmente agotadores”.
