Que la élite que gobierna en Cuba disfruta de privilegios que no disfruta la mayoría lo sabe hasta el gato. Pero una cosa es intentar ponderar la atención sanitaria sin destapar la caja de Pandora, y otra muy distinta le ha sucedido a la Viceprimera ministra de Cuba, que hasta ha tenido que borrar el tuit de alabanza y todo.
La protagonista de esta historia es nada más y nada menos que Inés María Chapman Waugh, viceprimera ministra de Cuba, quien quiso agradecer la labor de los médicos cubanos que la atendieron a ella y a su hijo durante su estancia en un centro de aislamiento, donde pasó la COVID-19 y como reza el refrán fue por lana y salió trasquilada.
Su tuit, lejos de alcanzar el objetivo que ella se había propuesto, terminó mostrando la cara más indignante del régimen; ese que provee con todo a sus acólitos y familiares, y que sin embargo discrimina al cubano de a pie.
Las diferencias del centro de aislamiento donde la viceprimera ministra de Cuba y su hijo pasaron la COVID-19 fueron tan notorias, que los cubanos que vieron el tuit se indignaron con ella y cual carga al machete cibernética, le cayeron a machetazos; perdón, comentarios.
La mayoría de estos eran claros y concisos. Ese centro de aislamiento donde ella estuvo, el que quiso agradecer y ponderar, no se asemeja en nada a los que son enviados la mayoría de los cubanos sospechosos de tener el virus, o positivos a este. El centro de aislamiento parecía más que nada un hotel con todas las de la ley.
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Luego de destapar la caja de Pandora, a la Viceprimera ministra de Cuba no le quedó más remedio que quitar el tuit, porque literalmente se la estaban comiendo viva; rostizada incluso; con tan mala suerte que ni siquiera aquellos que la veneran en Holguín, de donde es oriunda, o en La Habana, donde vive actualmente, pudieron defenderla.
En el tuit se aprecia claramente que el lugar donde ella pasó la COVID-19 junto a su hijo está lleno de lujos, algo a lo que el cubano de a pie no tiene acceso.
En una de la fotos, la más controversial de todas, se aprecia una habitación totalmente pulcra. Con lencería blanca; con baño y televisor. Apenas dos camas individuales, donde ambos «vivieron» la enfermedad sin mayor riesgo.
Cualquier otro centro de aislamiento muestra más que pulcritud inmundicia y falta de higiene. Varios en un mismo cuarto; demasiados, en literas incluso. Cero televisor.
Dile q venga y se pase los 8 días de su cuarentena dónde los pase yo !!! pic.twitter.com/6PHAdIHUtX
— Darth_Vader (@DarthVa77969914) August 15, 2021
“Llegan mensajes de agradecimiento a los médicos: después de 8 días de aislamiento y lucha contra el COVID-19, ya mi hijo y yo resultamos negativos y estamos en casa. Muchas gracias al personal médico, de enfermería y paramédicos del Centro de Aislamiento Raúl Tamayo, de Holguín”, dijo la viceministra primera de Cuba, pero muy poco tiempo después tuvo que borrar el tuit, cuando cientos de cubanos indignados por su descaro le fueron encima.
Y aunque ella borró el tuit, no pocos de esos mismos que le fueron encima a críticas le habían hecho captura de pantalla a su publicación.
No está «disponible» como tuit ahora, pero como imagen sí.
“La viceprimera ministra de Cuba eliminó ayer el tuit… voy a pensar que por un arranque de vergüenza y empatía y no porque fuera que ayer se enterara que su aislamiento de 8 días nada tiene que ver con el horror que se está viviendo en los hospitales en Cuba”, dijo el periodista cubano Jorge Castro mientras exponía la captura de pantalla.
Tal parece que a la Chapman se le fue la olla, la musa… o como es normal en los dirigente cubanos: mostró muy poco sentido común, o lo que es lo mismo, no tiene los pies puestos en la tierra.
