Un asombroso caso resuelto recientemente ha conmocionado a Estados Unidos. Luis Armando Albino, secuestrado en 1951 cuando tenía solo seis años mientras jugaba en un parque de Oakland, California, fue finalmente encontrado gracias a una prueba de ADN en junio de 2024. Su familia, especialmente su sobrina Alida, nunca dejó de buscarlo y, tras décadas de incertidumbre, un examen de ADN reveló la verdad: Luis había sido llevado a la Costa Este, donde vivió toda su vida bajo una identidad falsa.
La familia de Luis se sumió en una búsqueda incansable que comenzó hace casi 73 años, cuando el niño desapareció sin dejar rastro. Recientemente, su sobrina utilizó un servicio de ADN en línea que coincidió con el perfil genético de un hombre que vivía en la Costa Este de Estados Unidos. Tras las pruebas de rigor y la confirmación por parte de las autoridades, la familia de Luis pudo finalmente reunirse con él. El encuentro fue extremadamente emotivo, marcando el cierre de una larga y dolorosa historia.
Luis, quien ahora es un bombero retirado y veterano de la Guerra de Vietnam, evitó los medios y optó por mantener un perfil bajo. Sin embargo, este reencuentro no solo trajo alivio a sus seres queridos, sino que también permitió a su hermano Roger, quien dedicó gran parte de su vida a la búsqueda de Luis, fallecer en paz poco después de la reunión.
Este caso pone de manifiesto la importancia de las pruebas de ADN para resolver desapariciones y secuestros de larga data, señala el portal La Vanguardia.
La tecnología genética sigue siendo una herramienta poderosa, ayudando a familias como la de Luis a encontrar respuestas y reencontrarse tras décadas de separación; pero no es un caso único.
Un caso muy reciente y destacado es el de Melissa Highsmith, quien fue secuestrada a los 21 meses en Texas en 1971. Después de 51 años, en 2022, Melissa fue localizada gracias a una prueba de ADN que coincidió con perfiles genéticos de su familia. Este caso fue ampliamente cubierto en los medios y es otro ejemplo de cómo la tecnología del ADN ha sido crucial para resolver casos de personas desaparecidas después de mucho tiempo.
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Otro caso relevante es el de Guo Xinzhen en China, quien fue secuestrado cuando tenía dos años. Después de una búsqueda incansable por parte de su padre, que recorrió el país durante más de 20 años, un programa de ADN permitió que Guo fuera identificado y reunido con su familia después de 24 años de ausencia. En China, miles de niños han sido encontrados gracias a las bases de datos de ADN, que permiten comparar perfiles genéticos de padres y niños desaparecidos.
Estas historias demuestran cómo la tecnología del ADN ha evolucionado y ahora juega un papel crucial en resolver casos de secuestro y desapariciones, brindando esperanza a familias que han estado buscando respuestas durante décadas. Las bases de datos públicas y privadas de genealogía han facilitado la labor de investigadores y familiares para encontrar a personas desaparecidas, incluso después de muchos años.
Estos ejemplos muestran que, aunque el tiempo transcurra, el avance de la tecnología y el incansable esfuerzo de las familias pueden hacer posible lo que antes parecía imposible: volver a reunir a seres queridos perdidos.