Pinareño tuvo que echar gasolina en diez bombas diferentes

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Un cubano en Pinar del Río no pudo comprar una tarjeta de 10 litros de gasolina y debió comprar diez tarjetas de un litro cada una.

Luego debió ir cambiando de bomba, de una en una, para poder echar los 10 litros.

Esta historia que les traigo ahora, si me la cuenta un amigo como Rasiel, no se la creo. Es una historia que narra como un cubano pudo echar en su vehículo 10 litros de gasolina, en diez bombas diferentes, a razón de uno por bomba porque… ¡porque son las cosas del Macondo cubano!

Sí, sí, esta historia se las trae. Si el genial Héctor Zumbado leyese esta anécdota, seguramente se desternillaría de la risa. Y es que se parece tanto a su cuento de la caja de cigarros.

Pero no. En esta el protagonista es Mario Luis Junco Quintana, y comienza con un agradecimiento a la Corporación CIMEX S.A., en Pinar del Río, (ojo, este detalle no quiere decir que los pinareños…) y sucedió así:

Mario Luis agradece a «quien tuvo la GENIAL idea de que en cada gasolinera de Pinar del Río, antes de ir con el pistero para que me diga que bomba de combustible debo coger para llenar el tanque, primero tengo que ir con la cajera y comprar una tarjeta de combustible».

«Se lo agradezco de verdad pq me gusta tener ese contacto con ella, darle los buenos días y de paso soltarle un piropito. GRACIAS»,

dice más adelante en su historia publicada en Facebook.

«También agradezco que antes de poder llegar a la cajera, tuve que hacer una colita porque estaban vendiendo el picadillo normado, son 3 de la cola y 1 para combustible, mientras el pistero mata moscas con el rabo, se lo agradezco de verdad porque en la cola me enteré que Juan se fajó con Ernesto porque le pareció caro el aguacate, no me interesa, pero me entretiene, gracias».

La parte buena de esta historia, tan real como la vida misma y que sucedió en Pinar del Río llegó justo después, cuando Mario Luis finalmente llegó ante la cajera.

-Deme una tarjetica de 10L.
-Lo siento chino, solo quedan de 1L
-Pues venga, dame 10 tarjeticas, es lo mismo

Después de eso, Mario Luis debió llevar las diez tarjetas al pistero.

El pistero comenzó a raspar las tarjeticas una a una para descubrir el número que tiene, para poder ponerlas en el POS y para decirle a Mario Luis que bomba debería coger para echar la gasolina.

«pero perate, que es de una en una»,

advierte el joven.

-Socio coge la bomba 4 y echa el litro.
-Pero son 10L
-Después coge la 5 y echa otro, cuando te diga vuelves a coger la 4 y después la 5
-Tú estás jugando!!!
-Tiene que ser así porque las tarjetas son de 1L y tienen que ser una a una, no puedo ponerlas todas juntas.

«Gracias pistero, pasé un rato entretenido de aquí pa allá y de allá pa acá», terminó contando su odisea en una gasolinera de Pinar del Río, antes de darle gracias a CIMEX, gracias al PCC y gracias al Gobierno.

PD: cualquier parecido con la realidad no NO FUE MERA COINCIDENCIA.

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