Un simple tuit, publicado sin verificación ni respaldo oficial, bastó para desencadenar uno de los movimientos bursátiles más abruptos del año. En medio de una creciente tensión económica entre Estados Unidos y China, una publicación en X (anteriormente Twitter, actualmente dueño Elon Musk, hombre de confianza de la actual administración) que aseguraba que el expresidente Donald Trump pausaría por 90 días la aplicación de aranceles, provocó oscilaciones de trillones de dólares en los mercados financieros globales.
La publicación apareció la mañana del lunes, y aunque no provenía de una cuenta oficial ni de un medio reconocido – eso sí, tenía una placa de verificación con apenas 1000 seguidores -, fue suficiente para activar los algoritmos de plataformas de trading automático. En cuestión de minutos, los principales índices de Wall Street se dispararon, con el Dow Jones ganando más de 500 puntos antes de que el tuit fuera desmentido.
La Casa Blanca reaccionó con rapidez y calificó la publicación como «completamente falsa».
Wrong. Fake News. https://t.co/XOLyli5AOS
— Rapid Response 47 (@RapidResponse47) April 7, 2025
Sin embargo, el daño —o la especulación— ya estaba hecho. Los movimientos abruptos expusieron la alta sensibilidad del mercado a cualquier indicio relacionado con la política arancelaria del expresidente Trump, quien lidera actualmente la carrera republicana hacia las elecciones de 2028.
Este episodio fue solo una arista más del caos bursátil generado por el anuncio real de Trump de reactivar una política agresiva de aranceles hacia China y otros socios comerciales. Según un reporte de CBS News, el mercado osciló fuertemente tras declaraciones del expresidente en las que amenazaba con imponer un arancel del 50% a las importaciones chinas, un aumento drástico respecto al 25% que aplicó durante su primer mandato.
Las consecuencias no tardaron en sentirse. En Oriente Medio, los mercados bursátiles del Golfo —fuertemente dependientes del petróleo y sensibles a cualquier atisbo de desaceleración global— registraron caídas dramáticas. La incertidumbre provocada por la medida estadounidense arrastró los precios del crudo y generó nerviosismo en las principales bolsas de Dubái, Riad y Kuwait, según The New Arab.
Pero uno de los sectores más golpeados ha sido la industria automotriz. Analistas de Wedbush Securities, citados por Business Insider, calificaron las nuevas tarifas como un «desastre de proporciones épicas». No solo por el impacto directo sobre las importaciones de vehículos y componentes, sino porque encarecerán el precio final de los autos para los consumidores estadounidenses. Se espera una caída de hasta el 20% en las ventas de nuevos vehículos en 2025.
Además, las principales automotrices, incluidas Ford, Toyota y General Motors, ya anticipan recortes en sus proyecciones de ganancias para este año, debido al aumento de los costos logísticos y al posible colapso de las cadenas de suministro internacionales.
Todo esto ocurre en un clima electoral volátil, donde Trump parece decidido a volver al proteccionismo económico que marcó su anterior administración. Aunque algunos sectores de la clase trabajadora lo aplauden, los mercados no son tan indulgentes. Y como quedó demostrado con ese tuit falso, cualquier palabra —cierta o no— puede desencadenar consecuencias globales.
La pregunta es: ¿cuánto más puede soportar la economía internacional bajo este juego de pulsos y rumores? Porque, a estas alturas, ya no es solo una cuestión de política: es una bomba que cualquier dedo, incluso uno anónimo en X, puede detonar.
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