Mientras que los autos eléctricos de lujo como los Tesla representan un paso hacia la modernización para una pequeña élite, los vehículos eléctricos chinos están emergiendo como el verdadero salvavidas para la población cubana en general.
Este acercamiento entre Cuba y China señala un esfuerzo concertado por parte de la isla para atraer más turistas y reactivar su economía, mientras se espera que las negociaciones futuras puedan traer cambios más equitativos en las políticas de visados, beneficiando así a los ciudadanos de ambos estados.
El viaje total cubre aproximadamente 10,378 millas, de Beijing a Madrid abarca 5,734 millas y de Madrid a La Habana cubre las 4,644 millas restantes. Cabe destacar que el tramo Madrid-La Habana califica como un vuelo de "quinta libertad", lo que permite a la aerolínea vender billetes entre estas dos ciudades exclusivamente, aunque no sean su base de operaciones.
La donación, que a primera vista podría parecer un gesto de solidaridad, ha sido recibida con escepticismo y crítica debido a la naturaleza aparentemente inútil de los artículos donados.
El gobierno de Taiwán ha respondido a este incidente pidiendo a los ciudadanos que reconsideren sus planes de viaje a Cuba. Esta recomendación gubernamental, emitida dos días después del incidente, subraya la preocupación por la seguridad y el bienestar de sus ciudadanos en el extranjero, especialmente en países que pueden aplicar estrictamente la política de "Una China".
Cuba, estaría moviéndose aún más hacia la inclusión financiera internacional, preparándose para la aceptación de las tarjetas UnionPay, una iniciativa que refleja el creciente acercamiento entre Cuba y China en términos económicos y tecnológicos.
China es el socio comercial más importante de Cuba después de Venezuela, y afortunadamente para el país caribeño, la deuda fue rebajada y negociada el año pasado cuando, según un despacho de la agencia Reuters, el régimen de China acordó reestructurar la deuda de Cuba; momento en el que, además, le otorgó a la isla nuevos créditos comerciales y de inversión por valor de 100 millones de dólares.
Historiadores cubanos sostienen que la corneta china apareció en 1915 en Santiago de Cuba y según los cronistas fue Juan Bautista Martínez el primer tocador santiaguero de la corneta china.