Un enfermero cubano que fue detenido el pasado 3 de abril y a quien le fue instruido el cargo de “desacato agravado” a la figura del gobernante cubano, pudiera enfrentar tres años de cárcel, en lo que se presume sea, por ahora, la última de las grandes modificaciones hechas al Código Penal cubano.
El enfermero cubano, identificado como Aroni Yanko García Valdés, ni siquiera fue el creador del meme; él apenas lo compartió. Sin embargo, la burla al mandatario cubano le pudiera costar tres años en la cárcel.
El hecho ocurrió en la provincia de Villa Clara, y fue tratado con «toda la seriedad que corresponde». «Nada mal» para un país que este año ha liberado, sin seguimiento, a feminicidas y asesinos, o les ha dado pase para que vayan a sus casas por buen comportamiento, y han terminado asesinando a parejas y exparejas y algún que otro que se le atravesó en la calle.
De estos casos al menos hay cuatro confirmados en los últimos cuatro meses, pero en lugar de enfocarse en ese problema, los tribunales de justicia, en este caso el Tribunal Provincial Popular de Villa Clara, las autoridades del MININT en la provincia, y funcionarios y dirigentes del territorio parecen enfocados en brindar un escarmiento a todo aquel que se burle de un hombre que es una burla en sí mismo y que, en torpezas, es solo aventajado por Nicolás Maduro.
Aroni, de 31 años, y de profesión enfermero «lleva más de cuatro meses en la prisión La Pendiente. Fui hasta el bufete para saber acerca de su proceso y la abogada me comunicó que, justo en ese momento, había llegado un correo donde dice que le van a hacer juicio el 19 de agosto”, según declaró a Martí Noticias, Yunisley Suárez Rodríguez, su esposa.
Su «crimen» es tal que incluso, luego de ser detenido por 1ra vez cuando se le citó a la 3ra Unidad de la PNR en Santa Clara, ipso facto fue trasladado a la Unidad de Delitos contra la Seguridad del Estado. De allí, y para que no volviera a postear más memes durante un buen tiempo, fue enviado bajo la medida cautelar de prisión provisional a la cárcel «La Pendiente».
El desacato agravado en Cuba sanciona severamente las «faltas de respeto» hacia figuras de autoridad, y puede resultar en sanciones legales severas, que puede ser mayor si el hecho se realiza contra el Presidente, el Vicepresidente del país, el Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular y miembros del Consejo de Estado o del Consejo de Ministros, entre otros.
Lo curioso en el caso, que pretende ser ejemplarizante, es que el ministerio fiscal pidió la máxima condena atribuible a este delito. Queda ahora por parte del Tribunal tener en cuenta las atenuantes del caso, y el argumento de la abogada defensora, Yordania Figueroa, quien ni siquiera ha entregado la Petición Fiscal a la familia ni al defendido, porque a pesar de que el juicio se celebrará la próxima semana, aún el detenido desconoce la fecha.
Aroni es padre de tres hijos, y al momento de su detención laboraba en el policlínico Capitán Roberto Fleites, mejor conocido como el Policlínico de Maleza, entre los santaclareños.
Su caso guarda algunas similitudes con el de la joven influencer Sulmira Martínez Pérez, conocida en las redes sociales como Salem. La joven será juzgada el próximo 12 de agosto, por algo similar: por sus publicaciones en Facebook.
Sin embargo, en el caso de esta última, el Estado cubano se ha puesto el uniforme de gala de toda la misogínia y racismo que lo caracteriza, al tener a la joven encarcelada desde enero de 2023.
Su condena incluso pudiera ser más grave, y es probable que ni siquiera este año y medio que lleva presa le sea tenida en cuenta. La fiscalía pidió para ella 10 años de cárcel porque, según argumentan, las publicaciones de Salem incitaban a los cubanos a protestar contra el régimen de Díaz-Canel, como si no fueran suficientes el desastroso sistema económico cubano, la corrupción y mediocridad de sus dirigentes y funcionarios, para incitar a los cubanos a salir a la calle.
