El futuro de Telegram y su manejo de contenido sensible está bajo escrutinio en varios países. La Audiencia Nacional en España ha ordenado su bloqueo en el país ibérico
El reciente atentado terrorista en Moscú, que dejó un saldo de más de un centenar de víctimas entre muertos y heridos, ha puesto nuevamente en el centro de la discusión el papel de las plataformas digitales en la difusión de contenido terrorista.
El grupo terrorista Estado Islámico (EI), a través de Telegram, se atribuyó la responsabilidad del devastador ataque en la sala de conciertos Crocus City Hall, lo que ha generado un debate sobre la vigilancia y el control de las redes sociales, especialmente Telegram, una aplicación de mensajería muy utilizada tanto en Rusia como globalmente.
Según reportes de Euronews, EL PAÍS, BBC, France 24, CNN y DW, el ataque no solo ha conmocionado a la capital rusa por su brutalidad, sino que también ha suscitado preguntas sobre la seguridad nacional y la capacidad de los grupos terroristas para utilizar plataformas de comunicación en línea para coordinar y reivindicar actos de violencia.
Con el EI publicando un video del atentado en Moscú, la presión sobre los servicios de mensajería como Telegram podría intensificarse, en un esfuerzo por evitar que se conviertan en canales para la propagación del terrorismo.
La situación pone en una encrucijada a Telegram, fundada por el ruso Pavel Durov. La aplicación ha sido elogiada por su fuerte encriptación y compromiso con la privacidad del usuario, pero estos mismos atributos han sido criticados por facilitar un espacio seguro para que los terroristas y otros actores malignos operen con relativa impunidad.
La aplicación ya ha enfrentado en el pasado la censura por parte de algunos gobiernos.
Países como Rusia, China e Irán, han intentado bloquear o han impuesto restricciones significativas sobre el uso de Telegram por diversas razones en el pasado, que van desde preocupaciones sobre seguridad y terrorismo hasta intentos de reprimir la disidencia y controlar la información.
El gobierno ruso intentó bloquear Telegram en 2018 debido a la negativa de la compañía a entregar claves de cifrado que permitirían a las autoridades acceder a mensajes de usuarios sospechosos de terrorismo. Irán también ha citado preocupaciones de seguridad nacional y el papel de la aplicación en la facilitación de protestas y movimientos de oposición.
Pero incluso allí, en esos países, donde la bloquearon en 2018, están en retraso con respecto a China, país que sí tiene un control estricto sobre internet y las redes sociales, y donde Telegram ha estado bloqueado desde 2015.
Indonesia bloqueó a Telegram en el 2017, argumentando que la plataforma se utilizaba para promover el radicalismo y comunicar operaciones terroristas. El bloqueo se levantó después de que Telegram acordara eliminar el contenido extremista y abrir una oficina de representación en el país.
También Pakistán ha bloqueado temporalmente Telegram y otras redes sociales en varias ocasiones, usualmente en respuesta a preocupaciones de seguridad nacional o para prevenir la propagación de contenido considerado blasfemo o inapropiado.
Telegram para los cubanos
Donde si no parece que se bloqueará Telegram es en Cuba, donde los cubanos han hecho de este una de sus redes sociales de preferencia. E incluso, canales de comunicación oficial del gobierno operan en la red social.
No pocos se mudaron a Telegram luego de que en el NTV de Cuba Humberto López en uno de los programas de Razones de Cuba mostrara chats y conversaciones en formato de llamadas supuestamente filtradas a través de Whatsapp. Si bien el encriptamiento en Whatsapp es indescifrable, activistas, disidentes, revendedores y vendedores, se pasaron a Telegram por ofrecer, a vista de ellos, mayor seguridad.
El uso de Telegram por parte de cubanos, tanto dentro como fuera de la isla, para comunicarse y acceder a información, subraya la importancia global de la plataforma, más allá de las fronteras de Rusia, y el desafío de equilibrar la libertad de expresión con la seguridad nacional.
Pero, ¿es posible bloquear Telegram de manera global? No lo parece. Tendría que una corte internacional decretar el cierre de la plataforma y eso estaría precedido de un juicio donde los argumentos para el cierre deberían ser abrumadores.
La realidad es que el contenido terrorista puede incluso transmitirse por muy diversas vías e incluso en Rusia, donde el gobierno le dio una batida general a Telegram, en junio de 2020, se le levantó oficialmente el bloqueo, reconociendo su ineficacia.
El asunto es que implementar un bloqueo temporal, o bloquear completamente a Telegram es muy complicado.
La plataforma permite a los usuarios bloqueados la configuración de un proxy, en sus ajustes de configuración, mediante el cual se evita el bloqueo a nivel de red de los servidores de Telegram, que como resulta obvio en el caso de los cubanos, no se encuentran en territorio nacional.
Telegram permite además el uso de una VPN. La VPN como conocen la mayoría de los cubanos, es una conexión privada que permite acceder a Internet desde otro lugar geográfico, y es algo que muchos cubanos han estado haciendo cuando el gobierno «les tumba la internet».
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