La administración del presidente Donald J. Trump trabaja en un nuevo plan migratorio que otorgaría estatus temporal a trabajadores agrícolas indocumentados, otro giro significativo en su política hacia el empleo de mano de obra sin papeles en sectores clave.
La información fue confirmada por Brooke Rollins, actual secretaria de Agricultura, en una entrevista con la cadena Univisión. Según la funcionaria, el proyecto se encuentra en desarrollo conjunto con los departamentos de Trabajo y Seguridad Nacional.
“Habrá más anuncios para garantizar que podamos proporcionar la mano de obra que nuestros agricultores y ganaderos necesitan, pero debemos hacerlo legalmente, y el presidente ha sido bastante, no bastante, muy inequívoco al respecto”, afirmó Rollins.
De acuerdo con cifras oficiales reveladas por la secretaria, los trabajadores agrícolas indocumentados representan alrededor del 42% de la fuerza laboral del sector agrícola estadounidense, lo que refuerza la urgencia de encontrar soluciones viables que no afecten la producción nacional.
El plan incluiría también reformas en la visa H-2, específicamente diseñada para trabajos temporales agrícolas (H-2A) y no agrícolas (H-2B), con el objetivo de reducir costos y agilizar los trámites, evitando que el proceso pase por tres agencias federales, como ocurre actualmente.
Rollins reconoció que, para avanzar hacia una regularización más amplia, será necesario el respaldo del Congreso: “Estamos intentando ajustar el sistema a las circunstancias actuales, pero en última instancia tendremos que pedir a la gente del Congreso que intervenga y solucione esto, pero tenemos mucha confianza”.
Además, mencionó que el nuevo proyecto de presupuesto discutido actualmente en el Congreso contempla exenciones tributarias para rancheros con deudas menores a dos millones de dólares y la posibilidad de un reembolso del 100% en gastos agrícolas, como parte de un paquete de alivio para el sector rural.
La propuesta llega en un contexto de mensajes contradictorios desde la Casa Blanca en materia migratoria. El pasado junio, a través de la red Truth Social, Trump reconoció que agricultores y empresarios en sectores como la hostelería han expresado preocupación por la pérdida de trabajadores con experiencia, que calificó como “casi imposibles de reemplazar”.
“Debemos proteger a nuestros agricultores”, afirmó entonces, anticipando posibles “cambios” en la política migratoria.
Aún así, no pasó mucho tiempo después de que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) suspendiera temporalmente redadas en industrias clave, que la agencia reanudara operativos migratorios en zonas agrícolas, restaurantes y hoteles, generando incertidumbre entre empleadores y trabajadores.
