El 5 de diciembre de 2019, un violento intento de robo en una joyería de Coral Gables desencadenó una de las persecuciones más trágicas en la historia reciente de Florida. Dos hombres armados, Lamar Alexander y Ronnie Jerome Hill, irrumpieron en una joyería en la conocida «Miracle Mile», lo que activó la alarma silenciosa del local y atrajo rápidamente a la policía. Al llegar los oficiales, los asaltantes abrieron fuego y huyeron del lugar, primero en una camioneta de alquiler que abandonaron después en un vecindario cercano, y luego tomaron un camión de UPS, y secuestrado al conductor Frank Ordoñez, de 27 años, quien de manera involuntaria se convirtió en rehén de los peligrosos bandidos.
Lo que siguió fue una persecución a alta velocidad que se extendió por varios condados, terminando en un intercambio de disparos en una intersección congestionada en Miramar, donde la situación se tornó caótica.
Más de una docena de oficiales de varias agencias dispararon casi 200 balas en un intento de detener a los secuestradores, lo que resultó en la muerte no solo de los asaltantes, sino también del rehén, el conductor de UPS Frank Ordoñez, y de un transeúnte inocente, Richard Cutshaw, de 70 años.
Según un informe reciente del Departamento de Aplicación de la Ley de Florida (FDLE), todas las balas que impactaron y mataron a Ordoñez fueron disparadas por la policía. La policía de Miami, en un informe previo, presuntamente con el ánimo de encubrir a sus oficiales, reveló detalles de una investigación en la que aseguraban no saber si fueron las balas de sus policías las que mataron a no al joven rehén.
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Esta revelación ha desatado una nueva ola de indignación, especialmente entre los familiares de Ordoñez, quienes han criticado duramente la respuesta policial, argumentando que la situación podría haberse manejado de manera más cuidadosa para evitar las pérdidas de vidas inocentes.
El informe del FDLE detalló cómo la situación se deterioró rápidamente cuando el camión de UPS, con Ordoñez de conductor dentro, quedó atrapado en el tráfico de la hora pico en Miramar.
A pesar de las advertencias iniciales de no acercarse al vehículo, las autoridades decidieron avanzar, lo que resultó en un intercambio de disparos que dejó a cuatro personas muertas.
Un testigo clave declaró que estaba «muy seguro» de que los primeros disparos vinieron desde el interior del camión de UPS, lo que desencadenó la respuesta masiva de la policía. Sin embargo, los abogados que representan a las familias de las víctimas han cuestionado esta versión, sugiriendo que fue la policía la que abrió fuego primero.
Hayan sido unos u otros, la policía sabía que había un rehén dentro, y no debieron haber abierto fuego, ni de respuesta, y mucho menos primero.
Cuatro oficiales del Departamento de Policía de Miami-Dade fueron acusados de homicidio involuntario en relación con este tiroteo, después de años de investigaciones y revisiones legales.
Estos oficiales, José Mateo, Leslie Lee, Richard Santiesteban y Rodolfo Mirabal, se han declarado no culpables y están en libertad bajo fianza mientras esperan juicio.
La familia del conductor de UPS secuestrado sigue devastada por la pérdida y la forma en que sucedió. Geneviève Merino, la hermana de Ordoñez, expresó su dolor diciendo: «Es tan injusto. Ustedes volvieron a casa con sus familias; nosotros volvimos a nada».
La frustración de la familia se ha intensificado con la publicación del informe, que confirmó sus sospechas de que la muerte de Ordoñez fue causada exclusivamente por la policía.
Con información de WSVN. Si deseas conocer más sobre este caso que fue VIRAL te recomendamos visitar este enlace (aquí)