A pesar de ser Patrimonio Cultural de la Nación, las ediciones recientes del carnaval han sido muy criticadas por su mala organización y los elevados precios de la oferta gastronómica, que ahora está mayoritariamente en manos privadas.
Las disputas entre vendedores y clientes debido a ventas fraudulentas de productos, mal pesaje, precios excesivos, etc. es también frecuente en cada rincón de la isla. Si bien la mayoría de las discusiones a veces no pasa de una disputa verbal, en ocasiones zanjadas con el vendedor complaciendo al cliente para evitar que le ponga el picao malo, en otras las discusiones terminan en puñetazos. En otras a machetazos, cuchillazos, piedras y palos.
En el año 1986, el hombre tuvo una breve relación amorosa con una universitaria del municipio pinareño La Palma, pero tuvo que regresar a su provincia por problemas familiares
Ambos hombres, Héctor Labadí y Jesús Chávez, simbolizan la resiliencia y la lucha por la vida en circunstancias extremadamente adversas. Mientras que se recuperan de sus heridas, la sociedad cubana sigue buscando respuestas y soluciones a una ola de violencia que parece no tener fin.
La situación en Santiago de Cuba es un reflejo de la crisis más amplia que enfrenta el país. Mientras tanto, los residentes continúan luchando día a día, esperando que algún cambio traiga una mejora a sus vidas.
La acción directa de los vecinos en estos casos refleja no solo la desconfianza en las demoradas o ausentes respuestas oficiales frente al crimen, sino también un sentido comunitario de responsabilidad y protección.
Estos casos ilustran dolorosamente las realidades sombrías de la violencia de género y el feminicidio tanto en Cuba como entre la diáspora en los Estados Unidos. Ambos incidentes resaltan la urgente necesidad de medidas más efectivas para la protección de las mujeres y la prevención de la violencia doméstica, en todas sus formas y en todos los contextos
Desde el sustrato más humilde hasta las cifras que parecen sacadas de una película de Hollywood, los robos narran historias de desesperación, avaricia y oportunismo. Y audacia.
La publicación no se limitó en su sarta de improperios. Fue más allá en su desprecio contra los cubanos humildes que pidieron “corriente y comida” y “libertad” y los acusó de vivir al margen de la ley.