El gobierno de EE.UU. confirma que el centro migratorio “Alligator Alcatraz” alberga detenidos sin órdenes de deportación, contradiciendo al gobernador de Florida, Ron DeSantis.
“Él no tiene ni una multa de tráfico, siempre ha trabajado, declara sus impuestos y está pendiente de nuestra niña desde que nació. No entiendo por qué lo quieren deportar”, dice entre sollozos. La mujer explica que incluso existe una apelación pendiente, pero que la detención y posible expulsión podrían destruir a la familia.
Violaciones de derechos humanos, negligencia médica y daños ambientales, esnsombrecen el "funcionamiento" de Alligator Alcatraz. Mientras el gobernador DeSantis se defiende y organizaciones exigen su cierre inmediato.
“Alligator Alcatraz” se acerca al final de su construcción, a pesar de la oposición social, las demandas legales y las advertencias ecológicas. Su inauguración en julio 2025 pretende encarnar una postura dura de disuasión migratoria, usando el entorno natural como barrera. Pero su arranque también representa un desafío para las protecciones ambientales y los derechos culturales en los Everglades.
Además de "Alligator Alcatraz", el gobernador Ron DeSantis, refrendado por el fiscal general, explora además otro centro similar en Camp Blanding, cerca de Jacksonville, para reforzar la política estatal de apoyo a la ofensiva federal contra la migración irregular,
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La política del gobernador DeSantis y su influencia en la universidad reflejan la compleja interacción entre política, educación y asuntos internacionales en la actualidad.