«Alligator Alcatraz» acogerá a 5 000 migrantes en condiciones extremas
La controvertida prisión temporal conocida como “Alligator Alcatraz”, ubicada en pleno corazón de los Everglades de Florida, está a punto de entrar en operaciones pese a una ola de críticas y protestas de activistas indígenas, ecologistas y defensores de derechos humanos. El complejo, destinado a albergar hasta 5 000 inmigrantes en espera de deportación, se construye en el remoto aeródromo Dade-Collier, rodeado de pantanos, caimanes, pitones y un calor sofocante.
Las autoridades estatales y federales, alineadas con la política migratoria de la Administración Trump, han promovido el sitio como una solución “naturalmente disuasoria”.
El fiscal general de Florida, James Uthmeier, llegó a decir que “no hay mejor perímetro de seguridad que el que brindan los propios Everglades: ningún coyote ni inmigrante ilegal querrá escapar por ahí”. El nombre de «Alligator Alcatraz», aunque informal, ha ganado tracción precisamente por esa lógica: inescapable, remoto y simbólicamente implacable.
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La construcción del centro comenzó a mediados de junio y ha avanzado a un ritmo frenético. El gobernador Ron DeSantis confirmó que los primeros módulos de detención, con carpas, generadores y sistemas de aire acondicionado, estarán listos en los próximos días. Según indicó, los primeros migrantes podrían ser trasladados allí “la próxima semana”; e incluso, como indican AP y Telemundo51, pudiera ser vistada próximamente – e incluso inaugurada – por Donald Trump.
Sin embargo, no todo el mundo aplaude la rapidez del proyecto. Comunidades indígenas como los Miccosukee y los Seminole han protestado enérgicamente, denunciando la destrucción de tierras sagradas y la violación de derechos ancestrales.
El pasado 22 de junio, Betty Osceola, activista y líder tribal, encabezó una ceremonia de oración en el lugar, y días después se realizó una protesta masiva a lo largo de la Tamiami Trail, según recogieron medios como 23yFlagler.
A esta se sumaron organizaciones ambientalistas como Friends of the Everglades y el Center for Biological Diversity, que han presentado demandas legales alegando falta de estudios ambientales y violaciones a la Ley Nacional de Política Ambiental (NEPA).
Pese a los reclamos, el proyecto sigue su curso. Para muchos, la “Alligator Alcatraz” representa un experimento extremo de disuasión migratoria. Para otros, es una aberración ecológica y un acto de desprecio hacia pueblos originarios y ecosistemas únicos.