En las últimas horas circulan en redes sociales múltiples denuncias ciudadanas que apuntan a presuntos actos de corrupción en diferentes localidades de Cuba, en medio de una crisis económica persistente y un creciente malestar social.
La designación no habla solo de Crespo Baquero; habla del sistema que la produce y la protege. En Cuba, el mérito que pesa no es la gestión pública verificable, sino la lealtad y la utilidad narrativa. Por eso, aunque el currículum exhiba baches, el ascensor ideológico sigue funcionando.
La señal política es nítida: el PCC ajusta el mando de sus diarios insignia, con un director de perfil propagandístico y un relevo joven en la prensa juvenil.
De acuerdo a la publicación el encuentro "analizará asuntos vitales de la economía y de la sociedad que impactan directamente en la población, como el plan para la estabilización del Sistema Eléctrico Nacional y la producción de alimentos".
Ahora, la exjueza cubana enfrenta cargos por fraude migratorio, tergiversación de hechos, e inadmisibilidad bajo la sección 212(a) de la Ley de Inmigración de Estados Unidos
No es casualidad que tantos cuadros del PCC estén cayendo en desgracia en diferentes provincias del país. ¿Se trata de un verdadero intento de limpiar la administración pública, o estamos viendo una serie de ajustes de cuentas dentro del partido único?
A medida que la crisis en Cuba se profundiza, el partido parece cada vez más desconectado de las realidades del país. Los cubanos saben que los problemas que enfrentan no se solucionarán con más discursos, sino con acciones concretas y cambios reales. Mientras el PCC sigue hablando de sacrificios y revoluciones pasadas, el pueblo exige una revolución nueva, una que realmente mejore sus vidas.
Manuel Menéndez Castellanos, un ex miembro del Comité Central del PC, ex Primer Secretario del PCC en Cienfuegos e integrante del Equipo de Coordinación y Apoyo a Fidel Castro, ha venido a vivir definitivamente a Miami.
El ascenso y la caída de Carlos Aldana reflejan las tensiones y contradicciones inherentes al sistema político cubano, donde la lealtad y el poder pueden ser tan efímeros como los propios cambios en la línea del Partido
La realidad es una en Cuba: no funcionan adecuadamente los servicios públicos. Ni el transporte, ni la salud, ni la educación (la falta de maestros es cada día más notable en la escuelas) y la población está cada vez más descontenta y presionada por la crisis económica y las dificultades cotidianas.