La realidad en Cuba se ha vuelto una constante de discursos vacíos y promesas que ya nadie se cree. Los dirigentes del Partido Comunista de Cuba (PCC) parecen estar atrapados en una burbuja de retórica que no conecta con la vida real de los cubanos.
Tal y como quedó evidenciado en la reciente visita del primer ministro Manuel Marrero a Gibara, Holguín, las palabras no llenan las necesidades básicas de un pueblo que cada vez se siente más desconectado de sus gobernantes.
Marrero y su «democracia» de monólogo
En su visita a un pequeño batey holguinero, Marrero ofreció un ejemplo clásico de lo que ya parece ser la norma en los encuentros de las autoridades con el pueblo: un monólogo disfrazado de consulta popular.
Ante las cámaras de Televisión Cubana, el primer ministro realizó una larga perorata sobre los problemas que aquejan al país, culpando a algunos funcionarios por falta de sensibilidad y declarando que él sí estaba dispuesto a «sentarse» con los campesinos.
Lo que debería haber sido una oportunidad para escuchar las quejas y soluciones de los ciudadanos, se convirtió en otro sermón desde las alturas del poder.
Marrero agradeció el apoyo a la Revolución, aunque la realidad del lugar, reflejada en los testimonios televisados, mostraba un escenario sombrío: caminos deteriorados, escasez de productos básicos y servicios, y una panadería cuyas precarias condiciones eran testimonio viviente de la decadencia que atraviesan estas comunidades.
Esta retórica no es nueva. Los discursos de los líderes cubanos están plagados de menciones a la «chapucería» y la «burocracia», como si estos problemas fuesen ajenos a un sistema que ellos mismos han perpetuado durante décadas. Prometen acabar con los problemas que ellos mismos crearon, mientras la vida del cubano de a pie sigue marcada por la escasez, los apagones y una economía que no mejora.
Lo curioso de todo esto es que, mientras Marrero daba su muela, el segundo diario de mayor importancia en el país después del Granma, el órgano de la Unión de Jóvenes Comunistas, Juventud Rebelde, revelaba cifras que demuestran la inacción de los dirigentes frente a los reclamos ciudadanos.
En su sección «Acuse de Recibo», el diario denunció que de las quejas recibidas por el periódico en 2024, apenas un 46% tuvo respuesta de los funcionarios. Lo más preocupante es que, de las respuestas recibidas, un 69,5% solo explicó las razones de la falta de solución, mientras que el 30% restante ni siquiera ofreció una excusa.
Estas cifras ilustran un desinterés preocupante por parte de los organismos estatales, que parecen ignorar las necesidades del pueblo. Aunque Juventud Rebelde celebra un incremento en las respuestas respecto al año anterior, los números reflejan una profunda falta de compromiso. Lo más grave es que solo el 4,3% de las respuestas incluye medidas correctivas para los responsables.
Esta situación no hace más que agravar la sensación de abandono y negligencia que sufren los cubanos, quienes ven cómo sus problemas se perpetúan sin solución a la vista.
La desconexión del Partido Comunista de Cuba (PCC)
El Partido Comunista de Cuba, que alguna vez fue visto como la vanguardia revolucionaria, hoy parece más una reliquia que una fuerza de cambio. Cada vez son menos los cubanos que desean formar parte de sus filas, y no es difícil entender por qué. Los discursos de figuras como Marrero y Díaz-Canel, más que inspirar, se han convertido en motivo de burla para un pueblo que ya no tiene fe en las promesas vacías.
La realidad es que ser miembro del PCC ya no es visto como un honor ni una responsabilidad como lo era antaño.
Al contrario, muchos trabajadores y jóvenes evitan unirse al partido, conscientes de que no encontrarán allí las soluciones a sus problemas. En provincias como Santiago de Cuba, algunos centros laborales ni siquiera tienen núcleos del PCC, un signo claro de que la gente no está interesada en seguir los dictados de una organización que no representa sus intereses ni sus necesidades.
Cubanet Noticias señala en un artículo que, hoy en día, el partido cuenta con dos tipos de militantes: los que se aprovechan del sistema y los que, en palabras del cubano de la calle, son «militontos».
Los primeros buscan prebendas y ventajas sociales, aprovechando su posición dentro del sistema para obtener beneficios que el ciudadano común no puede ni soñar. Los segundos, creyentes en la demagogia oficial, terminan siendo meros ejecutores de las órdenes de la cúpula del poder, sufriendo las mismas carencias que el resto del pueblo, pero con la carga adicional de un carné que les obliga a seguir las directrices del partido sin rechistar.
A pesar de eso, el designado a dedo Miguel Díaz-Canel cree que existe una «vanguardia numerosa» en el pueblo cubano.
La realidad, monda y lironda, es que esa «vanguardia» cada vez está más vacía, pues los cubanos ya no quieren ser parte de un partido que no les ofrece más que discursos reciclados y promesas incumplidas. El PCC parece no darse cuenta de que sus palabras ya no tienen el poder de convencer a nadie y el pueblo está cansado, simplemente opta por no creerles y marcharse del país.
Sin embargo, ni siquiera marchándose del país escapan a las necesidades de sus dirigentes del PCC, como lo demostró el pasado sábado la Cancillería cubana, que organizó en Nueva York su quinta reunión con emigrados cubanos residentes en Estados Unidos, como parte de un esfuerzo por fortalecer los lazos con aquellos que se han marchado de la Isla.
Asistí a inauguración V Encuentro Nacional de Cubanos Residentes en EEUU
— Bruno Rodríguez P (@BrunoRguezP) September 21, 2024
Contento de reencontrar compatriotas comprometidos con bienestar y objetivos del pueblo de #Cuba
Estoy convencido de q debates contribuirán a fortalecer relaciones de Cuba con sus residentes en exterior pic.twitter.com/TW9bUIrHLX
En el evento, la atención se centró en las nuevas leyes de Extranjería, Ciudadanía y Migración, aún no publicadas oficialmente. La directora de Asuntos Consulares, Ana González Fraga, recalcó que, pese a vivir en un país considerado «enemigo», el gobierno cubano espera a sus emigrados «de regreso» y celebra sus triunfos.
III/III📌El compromiso reiterado de una relación cada vez más estrecha de Cuba con todos los cubanos residentes en el exterior sobre la base del respeto, la soberanía y la unidad, por el bien común de nuestro pueblo. #JuntosXCuba #TumbaElBoqueo 🇨🇺 pic.twitter.com/L97WDYW9ai
— Consulado de Cuba_US (@ConsulCubaUS) September 21, 2024
La Cancillería enfatizó que valora «infinitamente» cualquier «aporte solidario», refiriéndose a los donativos de alimentos y las muestras de apoyo al régimen en eventos como las caravanas contra el embargo.
Es decir, que allí también, en las llamadas «entrañas del monstruo», el PCC y sus dirigentes fueron a pedirle sacrificios al pueblo; en este caso, al pueblo que ellos prácticamente expulsaron de su tierra.
Inicia el V Encuentro de Cubanos Residentes en EEUU. Autoridades cubanas, se reúnen en la ciudad de Nueva York con una representación de cubanos en EEUU. Estrechar los lazos con las connacionales residentes en otros países es una prioridad para nuestra nación. 🇨🇺 #JuntosXCuba pic.twitter.com/ag1ENknZDj
— Consulado de Cuba_US (@ConsulCubaUS) September 21, 2024
A medida que la crisis en Cuba se profundiza, el partido parece cada vez más desconectado de las realidades del país. Los cubanos saben que los problemas que enfrentan no se solucionarán con más discursos, sino con acciones concretas y cambios reales. Mientras el PCC sigue hablando de sacrificios y revoluciones pasadas, el pueblo exige una revolución nueva, una que realmente mejore sus vidas.
Cada vez son menos los que están dispuestos a creer en el Partido Comunista de Cuba. Y si los dirigentes no se dan cuenta de esto pronto, podrían enfrentarse a un futuro en el que sus palabras no sólo no convenzan a nadie, sino que también sean completamente ignoradas.
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