La noticia provocó una ola de reacciones en redes sociales. Decenas de usuarios, muchos también desde Cuba, coincidieron en que el nivel de estrés, hambre y desesperanza ha alcanzado un punto insostenible. “Han llevado al cubano a un nivel psicológico y de estrés que nos está matando. Ya el cubano ha perdido toda esperanza de vida”, escribió una usuaria, mientras otra añadía: “El nivel de estrés por hambre y apagones rebasa los límites. Solo hay que ver los rostros”.
Una brasileña que admira e idolatra a Fidel y el Ché habla sobre "la soberanía alimentaria" en Cuba. Una mexicana critica la miseria que vio en la isla. A la primera, la reseñan en el Granma. La segunda, en el periodismo independiente.
La crisis económica persistente en Cuba, agravada por una severa escasez de alimentos, ha exacerbado este problema social, complicando aún más los esfuerzos para proporcionar soluciones efectivas.
Desde el sustrato más humilde hasta las cifras que parecen sacadas de una película de Hollywood, los robos narran historias de desesperación, avaricia y oportunismo. Y audacia.
Al parecer inspirados en lo sucedido el domingo, que tras la aparición de un camión con arroz y azúcar, y otro con leche, la concentración en la Carretera del Morro se dispersó, las autoridades de Santiago de Cuba han vuelto a la carga con una estrategia "más abundante".