A medida que los esfuerzos de rescate se ven obstaculizados por el clima, Baracoa continúa bajo el acecho de la lluvia, mientras las autoridades y voluntarios luchan por llegar a aquellos que permanecen atrapados en las montañas.
La población afectada se enfrenta a una realidad compleja, en la que la ayuda humanitaria llega con limitaciones y en condiciones que evidencian las carencias estructurales de la isla para gestionar crisis de gran magnitud
La diferencia de trato entre los difusores de rumores y las autoridades refleja, según los testimonios, una falta de justicia y responsabilidad en la respuesta ante el desastre. Los ciudadanos, en redes sociales, han expresado su indignación, ya que mientras los propagadores de “noticias falsas” serán investigados, los encargados de la protección civil, como aquel que dejó solo a los 29 niños en una escuela, en un hecho que el gobernante designado a dedo dijo que investigaría, no enfrentarán ninguna consecuencia.
Miguel Díaz-Canel, en un mensaje a la nación, expresó su preocupación por la situación y reiteró el compromiso del gobierno de "no dejar a nadie atrás". Sin embargo, los familiares de los desaparecidos continúan esperando noticias.
Con más de mil viviendas afectadas, la pérdida de bienes esenciales y el riesgo sanitario que se cierne debido a la falta de agua y alimentos adecuados, el camino hacia la recuperación en Guantánamo dependerá de la eficacia en la distribución de las donaciones y la resiliencia de sus habitantes para reconstruir lo perdido.
Según la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA), más de 2.200 líneas fijas en Baracoa permanecen interrumpidas, lo que representa el 31% del total en el municipio. Además, 12 estaciones de radiobase están fuera de servicio, lo que ha generado una caída del 79% en la cobertura móvil en la región.
La demora en la investigación - han pasado ya 72 hrs desde que el joven denunciara el abandono de los 29 niños - ha suscitado sospechas entre los cubanos, que están plenamente conscientes de que la Seguridad del Estado podría intervenir para manipular el relato del joven.
Lo que se aprecia en Imías es, como diría el familiar de unos residentes en la zona, "un campo de guerra". El río, en su crecida, parece haberse llevado todo a su paso. Las intensas lluvias y la fuerza de las aguas en su arrastre, provocaron movimientos de tierra y deslaves, según se puede apreciar en las imágenes.
Oscar impactó en Cuba como un huracán de categoría 1, pero la lentitud de su paso y la acumulación de lluvias causaron un aumento inesperado de los caudales de agua, que llevaron al desbordamiento del embalse Los Asientos.
Ambos, dijo una fuente cercana a la activista, están deshidratados, tras varios días sin agua potable y sin comida. El hermano de Lara, Walter Lafita, de 55 años de edad, presenta una doble factura en una de las piernas, pero al igual que su hijo, Marcos Lafita, ¡está vivo! La activista, debido a la hora en que fue avisada, no ha posteado nada aún en sus redes sociales.
Más de 15.000 personas fueron evacuadas antes de la llegada del huracán, con 9.000 en Imías y 6.000 en San Antonio del Sur, pero las inundaciones repentinas superaron las expectativas. Las aguas subieron rápidamente, alcanzando hasta un metro de altura en varias áreas, arrasando viviendas y destruyendo infraestructuras clave. En Imías, muchas familias tuvieron que ser evacuadas de emergencia debido a la crecida súbita de los ríos.