Las tensiones no resueltas de El Micha reflejan un conflicto más amplio dentro de la comunidad cubana, tanto en el exilio como en la isla. Para algunos, el reguetonero es un artista que simplemente busca reconectar con su público y su familia en Cuba, mientras que para otros es una figura que ha traicionado los principios del exilio cubano al evitar condenar abiertamente al régimen.
Mientras los espías cubanos Ramón Labañino y Antonio Guerrero disfrutaban de las instalaciones en Cayo Guillermo, su compañero de espionaje Gerardo Hernández era protagonista...