En Cuba, denunciar una desaparición sigue siendo un acto más efectivo en Facebook que en una estación de policía. Y ese hecho, más que una simple tendencia, es un síntoma profundo del colapso de la capacidad estatal para proteger a su gente.
El hallazgo de “Chaguito” podría cerrar un ciclo de 25 años de incertidumbre. O podría convertirse en otra pista más, inconclusa, de tantas que han recorrido sus familiares. Pero incluso en la duda, su historia ya ha cumplido un papel inesperado: visibilizar que en Cuba no son uno ni dos, sino muchos los que se esfuman sin dejar rastro, y que cada caso arrastra un duelo prolongado y un país entero que prefiere no mirar.
La alarma por casos de desapariciones de cubanas dentro y fuera del país vuelve a sacudir las redes sociales, esta vez con dos historias que han comenzado a circular en las últimas horas y que dejan más dudas que certezas.
Mientras Andy sigue luchando por su vida, su familia sigue apelando al apoyo colectivo, tanto material como espiritual. La campaña continúa abierta en la plataforma GoFundMe, con la esperanza de alcanzar el objetivo y, sobre todo, de ver al pequeño recuperarse. Porque cuando el amor se moviliza, la solidaridad puede convertirse en el milagro que falta.
Familias como la de Yaimí Diéguez, se encuentran a la espera del permiso que les permita subirse al avión para reencontrarse con su familia y comenzar una nueva vida.
Según los informes que recibió la familia, Karildi podría estar muy delgada y desorientada, lo que podría hacer que no se parezca a la foto que se ha compartido por las redes, por lo que su hermano hizo énfasis en que Karildi posee tatuajes distintivos que facilitarían su identificación.
Estas historias, compartidas en redes sociales, se convierten en fuente de inspiración y apoyo para otros que atraviesan situaciones similares, recordándoles la importancia de la familia y el hogar que esperan volver a ver.
Finalmente, en un giro milagroso de los acontecimientos, el niño fue encontrado vivo, después de haber sobrevivido durante cinco días, en compañía de un amigo de la familia, flotando a la deriva. La noticia de su rescate se extendió rápidamente, llenando de alivio y alegría a la comunidad.