A pesar de los esfuerzos del gobierno para presentar la educación como un logro, la realidad muestra un sistema que lucha por mantenerse a flote en medio de un déficit significativo de recursos y personal. La calidad de la educación en Cuba está en riesgo, y las soluciones a largo plazo, como la reducción del número de escuelas, solo ponen de relieve la magnitud del problema.
Las instrucciones se refieren como “indidencias” a cualquier manifestación contraria al gobierno cubano, para cuyo control se “activa el consejo de dirección y se procede a través del sistema de aviso a informar a la instancia superior y a los compañeros del MININT”.
Después de dos años pandémicos sin entrar en el aula, el 15 de noviembre no es en absoluto el día mejor para hacerlo. Mientras los medios oficiales transmiten un sospechoso jubileo en torno al asunto y aseguran que nada ni nadie empañará la alegría de los niños cubanos y su rutina escolar, muchos padres como la que esto escribe, han dicho que no. Digan lo que digan, hoy no es un buen día para ir a la escuela.