La vigilancia sobre las ondas tropicales del Atlántico cobra especial importancia, aunque por ahora el sur de Florida puede respirar con relativa tranquilidad.
La situación sigue siendo incierta, pero el NHC mantendrá una vigilancia estrecha sobre este sistema. Con los recientes estragos de Rafael frescos en la memoria, Cuba debe mantenerse alerta y preparada para cualquier eventualidad que este sistema pueda traer consigo.
Se prevé que la tormenta tenga vientos sostenidos de hasta 193 kph (120 mph), lo que la convierte en un huracán de categoría 3 antes de tocar tierra en los Estados Unidos.
Los meteorólogos del NHC están rastreando actualmente tres perturbaciones en el Atlántico, y especialmente la que se encuentra cerca de la Península de Yucatán.