El reconocido cantautor cubano Silvio Rodríguez afirmó qué está preocupado porque la revolución o el gobierno cubanos terminen siendo contrarrevolucionarios y que sus enemigos parezcan o acaben siendo revolucionarios.
A raíz de la destitución del joven director de la revista Alma Mater, Armando Franco, que ha provocado un creciente debate sobre el periodismo y la censura ejercida sobre los medios por parte de las organizaciones políticas en la isla, Rodríguez escribió en su blog Segunda Cita que no le parece un “contrasentido” que la revista se subordine a la UJC.
“Siempre ha sido así, desde que existe la UJC en la Universidad. Lo que me parece preocupante es que, en vez de abrirse, la dirigencia siga dado señales de cerrazón. Me parece incluso gravísimo, a estas alturas”, opinó el trovador.
La decisión de prescindir de los servicios de Franco al frente de Alma Mater suscitó la renuncia de varios periodistas del equipo de la revista y el rechazo de muchos de sus lectores y de parte del gremio periodístico en Cuba, que ha mostrado su apoyo al joven profesional.
Lo que para Silvio resulta un “grave contrasentido” en este caso es el hecho de “que las organizaciones políticas se empeñen en ser tan obsoletas, tan poco afines con el espíritu rebelde, iconoclasta que caracteriza a las juventudes de todas las épocas. Hasta Raúl lo dijo varias veces: si vamos a tener un solo partido, es necesario que ese partido sea lo más abierto, comprensivo, abarcador, ecuménico posible”.
“Me preocupa que la revolución (o lo que usa su nombre) acabe siendo contrarrevolucionaria y que lo que se le enfrente parezca o acabe siendo revolucionario”, apostilló el fundador del Movimiento de la Nueva Trova.
Bajo la dirección de Franco, el colectivo de Alma Mater venía realizando un periodismo que se salía de la línea editorial y propagandística de la mayoría de los medios estatales cubanos, con un enfoque crítico que otorgó credibilidad a la publicación, sobre todo entre los lectores jóvenes y universitarios, a quienes va dirigida la revista.
«Se me ocurren otros muchos medios de prensa que son el hazmerreír o el somnífero del pueblo cubano, utilizados como un repositorio acrítico de la posición y los comunicados oficiales, de donde grandes periodistas piden la baja en números preocupantes, y cuyos directivos son ‘personalidades’ de la prensa en Cuba, tienen acceso a los ministros, al presidente del país y a los recursos para hacer periodismo que nunca tuvo Alma Mater, y sobre todo, mantienen sus puestos por años, décadas», expresó el periodista Ariel Montenegro, cercano al joven directivo.
