La revista digital Dimensión Turística promociona Nicaragua como un destino turístico popular entre los cubanos, destacando entre otras cosas la accesibilidad del país para los cubanos, con nueve vuelos diarios desde Cuba. Sin embargo, otro es el panorama en México para los migrantes. Cubanos y no cubanos.
La publicación describe la gastronomía, los sitios de interés y la belleza local de Nicaragua, afirmando que es el destino preferido de muchos cubanos, aunque obvia un aspecto fundamental: los cubanos no eligen Nicaragua como un destino turístico, sino como punto de partida en Centroamérica para emigrar hacia Estados Unidos, emprendiendo una larga caminata que los lleve hasta las puertas del «sueño americano»: México.
Sin embargo, allí, las cosas no están tan claras para todos.
Tapachula: el primer cuello de botella
La ciudad fronteriza de Tapachula en México ha visto una afluencia significativa de migrantes cubanos, con más de 20,000 llegando en busca de asilo político en los Estados Unidos. Estos migrantes están en proceso de regularizar su situación a través de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) y el Instituto Nacional de Migración (INM). A pesar de que Estados Unidos ha rechazado más de 3,500 solicitudes de asilo de cubanos en el año fiscal 2023, la cifra es menor en comparación con los 15,410 rechazos en 2017.
En Tapachula, donde se reciben alrededor de 2,000 solicitudes de asilo diariamente, cubanos, haitianos y hondureños constituyen aproximadamente el 80% de las solicitudes. La situación ha llevado a escenas caóticas en las oficinas de las agencias y ha ejercido una presión significativa sobre los recursos, lo que ha llevado a la agencia a solicitar más recursos al gobierno federal.
Los datos oficiales muestran que los cubanos ocupan el tercer lugar en solicitudes de asilo en México, con 10,190 procesos registrados en Tapachula hasta finales de agosto. La crisis económica y la falta de recursos básicos en Cuba son las principales razones que impulsan esta migración.
Este lunes se informó que unos 2,000 cubanos protestaron en Tapachula, México, tras enterarse de que las autoridades mexicanas ya no otorgarían permisos de vuelo para viajar a la frontera sur de Estados Unidos.
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La decisión se tomó debido a que las citas para pedir asilo en EE.UU. deben hacerse desde el centro o norte de México, y se descubrió que muchos solicitantes estaban usando VPN para hacerlo desde Tapachula. La medida afecta a quienes compraron boletos de avión después del 14 de septiembre, dejándolos en una situación vulnerable, incluyendo mujeres embarazadas, niños y adultos mayores.
Los migrantes cubanos expresaron su frustración y preocupación, señalando que la decisión los obliga a viajar por carretera, lo que aumenta el riesgo de secuestros por parte de traficantes. Algunos mencionaron la posibilidad de formar una caravana para viajar en grupo a la Ciudad de México si la situación no cambia. Criticaron a las autoridades por no proporcionar información clara y oportuna, lo que ha contribuido al caos y la desesperación.
Este flujo – o éxodo de cubanos por México – ha logrado que México esté enfrentando un aumento sin precedentes en las solicitudes de asilo, esperando alcanzar 150,000 para fin de año, un aumento significativo en comparación con el récord de 129,000 del año pasado. Hasta agosto, ya se habían recibido 100,000 solicitudes, un 25% más que en el mismo período del año anterior. Más de la mitad de estas solicitudes se presentaron en la frontera con Guatemala.
El transporte: el otro problema
Los migrantes que atraviesan México en ruta hacia la frontera con Estados Unidos utilizan una variedad de medios de transporte para completar su viaje. Los métodos más comunes incluyen autobuses, trenes de carga y caminatas a pie. Algunos también recurren a vehículos privados o camiones de carga. En ciertos casos, los migrantes utilizan «coyotes» o contrabandistas para facilitar su travesía, aunque esto a menudo implica riesgos significativos, incluido el peligro de secuestro o explotación.
Recientemente, ha habido casos en los que los migrantes han utilizado vuelos internos para llegar a ciudades más cercanas a la frontera de EE.UU., aunque las regulaciones en este aspecto están cambiando, incluso para migrantes que cuentan con una VISA de estancia para estar en México, lo que ha dado lugar a «enfrentamientos» entre quienes argumentan cuentan con el permiso para moverse dentro del territorio azteca a sus anchas – lo cual incluye viajar a una ciudad de la frontera – y los agentes migratorios y la Policía Federal que consideran que el viaje de un migrante a una ciudad fronteriza es claro indicativo de que estos van a intentar cruzar hacia territorio de los Estados Unidos, lo cual les puede representar a ellos un problema.
Sin embargo para evitar eso o entorpecerlo – demorarlo en todo caso – se han tomado medidas drásticas y desesperadas.
AP informó que Ferromex, un importante operador ferroviario mexicano, suspendió temporalmente 60 recorridos de trenes en la parte norte de México debido a preocupaciones de seguridad para los migrantes.
La empresa informó de un aumento significativo de inmigrantes que subían a vagones de mercancías, lo que provocaba lesiones y muertes.
La suspensión afecta el comercio internacional y ha paralizado una carga equivalente a 1.800 tractocamiones.
Pese al anuncio, muchos migrantes, ajenos a la suspensión, siguen esperando trenes para continuar su viaje hacia la frontera con Estados Unidos.
La paralización podría tener un impacto significativo en los estados industriales vinculados al mercado estadounidense.
Esto se produce, como explicábamos, en medio de un aumento en las solicitudes de asilo en México, y el director de la agencia para los refugiados de México estima que el número podría llegar a 150.000 este año, superando el récord del año pasado de 129.000.
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