José Luis Fernández Torres, un cubano de 60 años detenido en Santiago de Cuba por el asesinato de Ángel Luis Mercantety Quiñones, un jubilado de 74 años cuyo cuerpo fue hallado desmembrado en el reparto Abel Santamaría, podría haber consumido restos de la víctima, según reveló el reportero Yosmany Mayeta Labrada.
De acuerdo con la confesión de Fernández Torres, a la que tuvo acceso el también activista, en el apartamento del detenido “se ocuparon una jarra con grasa humana, dos pomos con carne frita y una bolsa negra en el patio con parte de las costillas”.
La declaración filtrada confirmó que el crimen ocurrió el pasado 21 de agosto, cuando la víctima y su asesino compartían tragos de ron en la vivienda del acusado.
Según explicó Fernández Torres, citado por la misma fuente, tras una discusión por deudas de dinero golpeó a la víctima con un tubo en la cabeza hasta causarle la muerte y luego lo desmembró.
También trascendió que el asesino guardó partes del cadáver en dos refrigeradores y otras las desechó en un arroyo cercano a la entrada de la localidad de Micro 1.
El crimen salió a la luz luego de que a las 9:15 de la mañana del 26 de agosto trabajadores de Servicios Comunales hallaran la cabeza de la víctima en un contenedor de basura ubicado frente a la tienda TRD en Abel Santamaría.
El documento expuesto por Mayeta ratificó que Mercantety Quiñones había sido reportado como “Ausente al Domicilio” desde el 22 de agosto.
La crudeza de este crimen hace que ya sea catalogado como uno de los más atroces de los últimos años en la isla, en tanto, la comunidad cubana dentro y fuera del país aboga por que se haga justicia.
Según el más reciente informe del Observatorio Cubano de Auditoría Ciudadana (OCAC), iniciativa del laboratorio de ideas Cuba Siglo 21, la criminalidad en Cuba registró un aumento sin precedentes en el primer semestre de 2025.
La organización independiente registró un total de 1.319 delitos verificados entre enero y junio, casi cinco veces más que en el mismo período de 2023 y más que en todo 2024.
A tenor con los datos recogidos por el OCAC, en la primera mitad del año hubo un promedio de 7,3 delitos diarios.
Si bien bien la mitad de estos delitos fueron robos, con 721 casos, se contabilizaron además 63 asesinatos —16 de ellos feminicidios—, y 99 asaltos y agresiones.
Igualmente se reportaron 198 delitos relacionados con el narcotráfico, una categoría nueva en el monitoreo de la organización debido al “notable incremento” de estos casos, casi todos ocurridos en La Habana.
