La historia de Raúl Rodríguez, un guardia fronterizo en Texas, es por estas horas viral, luego de que CNN la diera a conocer.
Y es que este hombre durante años deportó a miles de inmigrantes ilegales que cruzaron la frontera, solo para descubrir 20 años después que él también estaba ilegal dentro de los EE.UU.
Raúl Rodríguez descubrió que él también era indocumentado después de pasar casi dos décadas trabajando para el gobierno de los EE. UU. en la frontera y ayudando a deportar a miles de personas.
Raúl Rodríguez se sorprendió al saber que su certificado de nacimiento de los EE. UU. era falso y que en realidad nació en México y no en los Estados Unidos.
Como resultado, perdió su trabajo, sus amigos en la policía y su sentido de sí mismo, pero también ganó un nuevo sentido de propósito.
Después del impacto inicial, Rodríguez comenzó a darse cuenta de que su nuevo estatus como inmigrante indocumentado podría ser una oportunidad para ayudar a otros en su situación.
Este exinspector de inmigración de EE. UU. que trabajó durante casi dos décadas para la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU., reveló que en abril de 2018, investigadores federales le mostraron un certificado de nacimiento mexicano con su nombre, lo que confirmó que el certificado de nacimiento estadounidense que él había usado durante décadas era fraudulento.
Rodríguez quedó devastado por la revelación y terminó luchando por poder permanecer él mismo dentro de los Estados Unidos.
Sin embargo, ahora está convirtiendo su experiencia en algo positivo y aboga por los veteranos deportados y los veteranos en riesgo de deportación.
La historia de Rodríguez llamó la atención de Diane Vega, vicepresidenta de Repatriate Our Patriots, quien se acercó para ayudarlo. A pesar de recibir reacciones poco comprensivas de algunas comunidades fronterizas, Vega vio la difícil situación de Rodríguez como una oportunidad para ayudar a un veterano que había dejado de lado sus sentimientos personales para seguir órdenes.
Cuando otros le dieron la espalda a Rodríguez, Vega se acercó para ayudar.
La esposa de Rodríguez, Anita, que también trabaja para los Servicios de Inmigración y Ciudadanía de los Estados Unidos, lo ha visto luchar contra la depresión y una sensación de aislamiento desde que se reveló su estatus migratorio. Rodríguez ahora está luchando por permanecer en los Estados Unidos, con la ayuda de defensores como Vega.
Después de enterarse de que era indocumentado, Rodríguez tampoco ha visto a su padre desde el día que supo la verdad y dice que no quiere volver a hablar con él nunca más.
La pareja ha estado luchando mientras el caso de inmigración de Raúl Rodríguez permanece en el limbo.
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