Rachel Arderi lo vuelve a hacer. Y no hablamos de otra pose de escándalo, sino de una movida estratégica que ha dejado a sus seguidores con la ceja levantada. La esposa del reguetonero Oniel Bebeshito, esa misma que se roba flashes en cada paso, subió una historia en Instagram que podría marcar un antes y un después en su carrera.
Con la frase: “No pares de soñar nunca, mamita” y un sticker de ubicación nada inocente “Telemundo Center”, la despampanante Rachel encendió las alarmas: ¿se viene debut frente a las cámaras de una de las cadenas más importantes de la televisión latina?
La imagen, que mostraba el logo gigante y reluciente de Telemundo, vino aderezada con un emoji de reloj de arena, ese que grita “algo está por pasar”. Y si alguien aún dudaba de su intención, minutos antes había publicado otra foto en las inmediaciones del edificio. Todo apunta a que Rachel no estaba allí solo para posar.
No es la primera vez que la cubana de curvas de infarto coquetea con el mundo televisivo. En diciembre del año pasado, apenas seis meses después de aterrizar en Miami con sus sueños en la maleta, ya había dejado entrever que algo se cocinaba en los estudios. Pero en ese entonces, el nombre que sonaba era Univisión, la competencia directa de Telemundo.
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En aquella ocasión, Rachel se mostró radiante en un estudio de grabación con un vestidazo negro de esos que quitan el aliento y preguntó con picardía a sus fans: “¿Se imaginan qué sea? ¿Como haciendo qué les gustaría verme…?”.
Los halagos llovieron como confeti: “Presentadora de TV”, “Eres puro glamour, mi amor”, “Tienes cara de estrella”. Aunque aquel post misterioso desapareció como por arte de magia (¿un guiño a la tensión entre cadenas?), dejó claro que Rachel no está jugando, está moviendo fichas.
A sus 22 años, Rachel Arderi es mucho más que una cara bonita. Con casi 800 mil seguidores en Instagram, su estilo fashionista, su mirada felina y su vibra de chica poderosa la han convertido en un imán para marcas y una de las figuras más mediáticas del momento.
Pero lo que más destaca de Rachel es su instinto. Sabe cuándo mostrarse, cuándo insinuar, cuándo borrar una publicación para dejar a todos hablando. Su ascenso ha sido meteórico, y todo apunta a que no se conforma con las pasarelas digitales. ¿Será que el verdadero sueño americano de Rachel es hacerse un nombre frente a las cámaras?
