Ubicado en la icónica esquina de la Avenida Collins y la Séptima Calle en South Beach, Puerto Sagua no es solo un restaurante cubano más: es un testimonio viviente de la historia de Miami. Abierto desde 1962, este modesto local ha resistido el paso del tiempo, el auge inmobiliario y la metamorfosis cultural del vecindario. Su menú no ha cedido ante las modas pasajeras, y entre tostadas cubanas, café con leche y ropa vieja, se han sentado generaciones de clientes —algunos anónimos, otros legendarios.
El escritor Ace Atkins, en una crónica publicada recientemente, relató su vínculo con este sitio, al que considera su “Nighthawks” personal —en referencia al cuadro de Edward Hopper. En su texto, Atkins revela un encuentro inesperado en Puerto Sagua con nada menos que el actor Harvey Keitel, conocido por clásicos como Pulp Fiction y Reservoir Dogs. Vestido con ropa deportiva y una coleta sudorosa, Keitel desayunaba con tranquilidad y charló con el autor sobre libros y cine. La sorpresa fue doble cuando, al regresar al día siguiente, lo encontró en el mismo taburete. Ya estaba enganchado.
Pero la leyenda de Puerto Sagua no se queda en los años recientes. Atkins sugiere que, en sus primeras décadas, el restaurante pudo haber recibido visitas de Sean Connery, el James Bond original; Muhammad Alí, el más grande del boxeo; y Murph the Surf, el infame ladrón de joyas. Si bien no hay fotos que documenten esos momentos, la cercanía con el mítico 5th Street Gym —donde entrenaba Alí— y la fama de South Beach en los años 60 hacen creíble la posibilidad.
El cineasta Gaspar González, autor del documental Muhammad Ali: Made in Miami, también tiene recuerdos entrañables del lugar, al que asoció con su infancia y las meriendas después de un día de playa. Incluso el célebre doctor de Alí, Ferdie Pacheco, contaba anécdotas de las visitas al restaurante con el equipo de boxeo.
Más discreto que Versailles, pero igual de auténtico, Puerto Sagua es ese rincón donde la historia de Miami se sirve con arroz congrí y croquetas. Y si las paredes hablaran, seguro lo harían con acento cubano… y algo de cine negro.
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