La primera central bioeléctrica de Cuba podría conectarse al sistema electroenergético nacional a partir del próximo 20 de diciembre, según explicaron sus directivos al viceprimer ministro cubano José Luis Tapia, de visita en Ciego de Ávila.
Ubicada en las cercanías del ingenio azucarero Ciro Redondo, en la central provincia cubana, la planta está diseñada para producir electricidad a partir de la quema de bagazo de caña y otras biomasas, como el marabú.
De acuerdo con un reporte de Cubadebate, si la central entra finalmente en funcionamiento y estabiliza su capacidad de generación, permitiría ahorrar cerca de 100.000 toneladas de petróleo al año al país, que además dejaría de emitir 300 toneladas de CO2 a la atmósfera.
La moderna planta, cuyo proyecto inició en 2017 y costó 180 millones de dólares, depende de su encadenamiento con el vecino central azucarero, que debe proveer de la biomasa obtenida a partir del bagazo de caña, su principal combustible.
Pero ese ciclo productivo no ha logrado concretarse y la central eléctrica no ha rendido frutos, aunque los medios estatales de la isla han anunciado con bombo y platillo su “sincronización definitiva” con el sistema electroenergético en ocasiones anteriores.
La Agencia Cubana de Noticias, por ejemplo, informó en marzo pasado que la bioeléctrica ya entregaba 27 megavatios a la red eléctrica del país, al tiempo que avanzaba hacia la “estabilidad en la generación”, aunque advertía que el ingenio azucarero todavía no estaba en condiciones de entregar el bagazo pactado en el contrato.
Desde su arrancada, la primera central que produciría electricidad a partir de biomasa había tropezado a causa de la crisis de la zafra azucarera que atraviesa Cuba desde hace décadas.
La prensa local reconoció entonces que el intercambio entre ambas industrias tuvo “distintos contratiempos”.
“Varias han sido las fechas propuestas para el inicio oficial de la molienda, más cercanas a la ilusión que a la realidad’, explica el periódico Invasor, y añade que si en la pasada campaña el central Ciro Redondo se había quedado sin moler por falta de caña, este año continuaba sin entrar en acción.
A inicios de noviembre, el propio medio de prensa informó que el ingenio apenas había alcanzado el 16 % de su plan de producción de azúcar.
“Si no hay caña, no hay azúcar, no hay energía producida por la bioeléctrica, y dejamos de ahorrarle combustible al país”, dijo un funcionario del Comité Central del Partido Comunista durante un análisis del fracaso del proyecto a las autoridades del sector y las organizaciones políticas locales.
Por su parte, director de la Empresa Agroindustrial Azucarera, Danilo Fernández, reconoció que el central no cumple lo planificado desde hace tres años, y que para colmo, de las 12 máquinas cosechadores de marabú, sólo cuatro estaban operando.
“Debiera ser el 100 por ciento de bagazo en tiempo de zafra, pero tampoco tenemos caña para los 150 días de zafra”, señaló.
