El gobierno cubano, que ha venido enfrentando una crisis económica prolongada durante décadas, ha anunciado un conjunto de medidas económicas drásticas para 2024, que incluyen aumentos significativos en los precios de los servicios básicos y una reducción en los subsidios estatales. Estas medidas, descritas por el primer ministro Manuel Marrero, buscan corregir distorsiones económicas y reimpulsar la economía del país, a medida que se presagia un terrible y fortísimo 2024 para los cubanos. Un malestar del cual ni siquiera escapan los niños cubanos, quienes a menudo se les ve en las calles en «actividades mercantiles», presuntamente para ayudar a la economía de su hogar, o para su subsistencia.
El paquete económico, que ha generado controversia y preocupación entre la población cubana, incluye un incremento del 25% en la tarifa eléctrica para los hogares de alto consumo y un aumento en los precios del agua, gas, transporte y energía. Además, se prevé un incremento en los impuestos a productos como el cigarro y el tabaco. El gobierno también ha anunciado que subsidiará menos los servicios y productos, lo que afectará directamente a la población.
El primer ministro Marrero, según recoge Cibercuba Noticias, ha enfatizado que estas medidas no son un «paquete neoliberal» ni «medidas de choque» contra el pueblo, sino esfuerzos necesarios para alcanzar la estabilidad macroeconómica. Sin embargo, estas declaraciones no han mitigado las preocupaciones de los ciudadanos, quienes ya enfrentan una inflación desmedida y una crisis económica aguda.
Además de los aumentos de precios, el paquete incluye una revisión de la nómina estatal, lo que podría resultar en numerosos despidos.
Esta serie de medidas llega en un momento de crisis económica prolongada en Cuba, marcada por un éxodo masivo y una creciente incertidumbre entre la población. La Navidad de 2023 en Cuba ha estado marcada por una decoración escasa y un ambiente de aprensión, reflejando la preocupación generalizada ante los cambios económicos anunciados.
Los niños cubanos que recogen latas para sobrevivir
En las calles de La Habana, un niño menor de 10 años fue visto recogiendo latas en los basureros debajo de un puente; una imagen que refleja la creciente crisis en Cuba.
Este caso no es aislado; la mendicidad en niños y ancianos ha aumentado exponencialmente en la isla en los últimos meses, exacerbada por las recientes medidas económicas del régimen que han disparado la inflación y la depauperación de la vida, señala en otro artículo Cibercuba Noticias.
En Cuba, a diferencia de otros países, la recolección de latas no es una actividad para financiar la educación o beneficiarse de programas de reciclaje, sino una lucha por la supervivencia. La presencia de niños mendigando en las calles de la isla es cada vez mayor, y los ciudadanos expresan su temor de que la situación se resuelva de forma violenta, dada la magnitud del resentimiento y la humillación que sufre el pueblo.
Se trata de un escenario sombrío para los niños cubanos de cara al 2024. Un reflejo de la profunda crisis económica y social que enfrenta la nación. La falta de oportunidades, el aumento de la pobreza y la desesperación son claros indicadores de un sistema que ha fallado a su gente, especialmente a los más vulnerables: los niños, a pesar de todo lo que pregona y publica la UNICEF desde la isla; motivo este por el cual está siendo cada vez más cuestionado este organismo, y los fondos que recibe y utiliza, supuestamente en beneficio de la infancia en Cuba.
