«La mayoría de nosotros, todos, estamos cansados de ver morir a la gente, a personas que podrían salvarse» dice un doctor cubano sobre la potencia médica
Un reportaje publicado en The New York Times descubre cada una de las grietas de la potencia médica, esa de la que presume el régimen cubano. En «‘Ingresan para morir’: el coronavirus muestra las fallas del sistema de salud cubano» se describen cada una de las situaciones que enfrenta el cubano de a pie en hospitales y centros de aislamientos en medio de la pandemia.
Alexander Pupo, el médico holguinero de 31 años al que quitaron su residencia en Neurocirugía por denunciar arbitrariedades de quienes gobiernan la isla, dijo al diario neoyorquino:
«Los pacientes se ingresan por puro protocolo, porque realmente no existe una disponibilidad de medicamentos para poder tratarlos dentro de los hospitales. O sea, se ingresan para morir, prácticamente».
The New York Times contó además con el testimonio de Manuel A. Guerra Guerrero, galeno en la localidad holguinera de Buenaventura. «Tenemos de 16 a 20 pacientes que necesitan ventilación y ayer solo nos quedaban cuatro cilindros de oxígeno, pero eso no es suficiente. La mayoría de nosotros, todos, estamos cansados de ver morir a la gente, a personas que podrían salvarse».
Otro de los entrevistados fue Eduardo López-Collazo, el cubano que es Director Científico del Instituto de Investigación del Hospital La Paz (Madrid). Su hermana murió el pasado 30 de julio en Cuba.
«Norma, de 64 años, dio positivo por coronavirus el mes pasado aunque recibió dos dosis de una vacuna cubana y pasó días en una sala de espera en la provincia de Ciego de Ávila. esperando ser admitida. Incluso cuando su nivel de oxígeno bajó a un preocupante 92, los médicos le dijeron que no cumplía con los ‘criterios internacionales’ para ser ingresada en una unidad de cuidados intensivos», señala el diario.
«Pasó cuatro o cinco días en una especie de anexo, una escuela, un lugar improvisado que se convirtió en una instalación donde internaban pacientes. No tenía las condiciones adecuadas, ni respiradores, nada de eso», narra el científico cubano.
El certificado de defunción de la hermana de Eduardo refiere que «la causa del fallecimiento fue embolia pulmonar».
Precisamente en las cifras de contagiados y muertes por coronavirus en Cuba se hace alusión en otra parte del reportaje «‘Ingresan para morir’: el coronavirus muestra las fallas del sistema de salud cubano».
En esta entrevista para el telecentro local, Ihosvany Fernández -director de Servicios Comunales de la provincia de Guantánamo- decía que el 1 de agosto habían tenido 80 fallecidos. Sin embargo, al revisar el parte oficial del Ministerio de Salud (MINSAP) se constata que se reportaron solo 10.
«El Ministerio de Salud Pública de Cuba no respondió a varias solicitudes de comentarios», se lee en otro fragmento del reportaje del The New York Times sobre las grietas de la potencia médica.
Las últimas cifras actualizadas del MINSAP hablan de 545 mil 275 casos confirmados de coronavirus, 99 mil 357 en estudio, 496 mil 248 recuperados y 4 mil 240 fallecidos.
Sin embargo, el doctor Francisco Durán -director nacional de Epidemiología- ayer a la vez que reconocía que la situación era compleja demostraba optimismo ante las cámaras: «indiscutiblemente vamos saliendo.Yo sí creo que este año controlamos la transmisión de la pandemia, reitero con el incremento de la vacunación, con la participación muy activa de la población y con las medidas de restricción que hay que seguir tomando».
Restricciones que olvidó Durán el pasado 5 de agosto cuando manifestaba: «Hoy es un día con indicadores elevados, pero con cosas muy positivas, la caravana, que indiscutiblemente exhortamos a tomar todas las medidas de protección (…), pero junto a defender nuestros principios, nuestra revolución y nuestra soberanía».
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