El NTV muestra a tres policías como inteligentes, habilidosos e insobornables. Un reportaje que parece un melodrama para llorar a las 8:00 pm
Policías cubanos rechazaron 59 mil pesos y un cerdo a ladrones de harina, y al Noticiero Nacional de Televisión le faltó bien poco para hacer una película con el suceso, porque tuvo de melodrama y todo el reporte -más meloso que objetivo.
En primer lugar montaron un stage. Cuadraron una llamada telefónica en la que el jefe de Destacamento de una Unidad Provincial de Patrullas en La Habana conversó con su padre en el oriente de Cuba, al que no ve desde hace meses. Hijo y padre se elogiaron mutuamente, y poco les faltó para lanzarse a repetir consignas revolucionarias a ver quién soltaba la más estremecedora.
«De acuerdo, sí, sí. No estamos hechos para la sinvergüenzura», comentó el padre. “Así mismo, nosotros estamos hechos para hacer las cosas bien», le responde el joven oficial. Un poco más y uno llora.
Hay que ver el reportaje en el que el cámara del NTV graba en close-up la conversación padre e hijo para afianzar en el televidente la idea de que a ese policía no lo soborna ni el mismísimo diablo. Como si no fuera el primer policía en Cuba que no se deja sobornar por 40 mil pesos un viernes, y luego sucumbe ante los placeres de la carne de una doncella, para no ser conducida a la estación; o acepta 10 dólares para dejar a gente boteando (no me lo contó nadie, lo viví yo cara a cara, hace muchos años).
El buen corazón del policía no se rajó en pedazos porque iba acompañado de otros dos policías, y les fue difícil vencer el escollo; porque como dice el refrán «un secreto es suficiente para uno, demasiado para dos, pero NADA para tres».
Eran tres los policías que recibieron la oferta de 59 mil pesos de parte de los ladrones de harina. Y además, un puerco de 150 libras. Sí, hay que ver que nuestros bandoleros son no solo macetas, sino que cuando no les alcanza el dinero, hasta te venden un tomeguín valorado en 5000 CUP.
El detalle del puerco fue destacado por el NTV, que además resaltó como a los policías se les ocurrió un ardid -más bien propio de la policía francesa que la cubana para entretener a los delincuentes: el hacerles creer que han aceptado el soborno y finalmente apresarlos.
El hecho ocurrió la semana pasada cuando la policía descubrió el camión, dos estibadores, el chófer y el dueño de la harina. Este último fue el que quiso sobornar a los policías y les pidió tiempo para terminar de cargar el camión.
No quedo claro en el reportaje quién y cómo llamó al resto de los demás patrulleros que se presentaron en el lugar, pero así sucedió. Fue cuando el dueño de la mercancía intentó pagar el silencio de los demás oficiales, pero ahí mismo se acabó la obra de teatro de los policías; con el maceta pidiéndole el nombre a los oficiales, y prometiéndoles el puerco de 150 libras de peso. No sabemos si en pie, o ya limpio.
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