El mundo de la pesca submarina está de luto por la trágica pérdida de dos destacados pescadores submarinistas cubanos, ocurrida en días consecutivos y a miles de kilómetros de distancia. Miguel Álvarez, conocido como “Miguelito 20 brazas”, falleció este martes en las costas de Cienfuegos, mientras que Rayner Álvarez Borges, un apasionado pescador de 42 años, murió el sábado en Tenerife, Islas Canarias.
En Cienfuegos, la conmoción es palpable tras el fallecimiento de Miguelito, una figura respetada entre los pescadores submarinos.
Según testimonios publicados en el grupo de Facebook “Pesca submarina en Cienfuegos”, Miguelito sufrió un blackout mientras pescaba solo, una práctica que él mismo defendía como su pasión.
Amigos y colegas lo han recordado con sentidas palabras, destacando su humildad, destreza y dedicación a su familia. Entre los comentarios está el de Kaddir Girones, otro submarinista cienfueguero residente en los edificios de la piscina olímpica, a quien en varias ocasiones se le vio junto a «Manolito 20 brazas».
Kaddir lo llamó «el más grande pescador submarino»
Kaddir recordó que Manolito en alguna ocasión le comentó: «El mar es mi vida, y si algún dia me toca morir, quisiera que fuera en el mar (…) Y así, al parecer, fue hasta su último aliento.
Mientras, en Tenerife, España, Rayner Álvarez enfrentó un desenlace similar.
Durante una inmersión en la costa de Arona, sufrió un incidente crítico que requirió asistencia médica de emergencia. A pesar de los esfuerzos del personal del Servicio de Urgencias Canario, Rayner no pudo ser reanimado, dijo Europa Press.
Natural de Cabaiguán, Sancti Spíritus, Rayner era conocido por su alegría, amor por las motos y su compromiso con la pesca submarina, siendo incluso creador de la marca Aseresub Team.
Ambos fallecimientos han generado oleadas de tributos en redes sociales, donde amigos y compañeros han compartido mensajes de pesar.
“El mar no perdona ni el más mínimo error”, reflexionó un allegado a Miguelito, mientras que otro lamentó que Rayner, “el defensor de la pesca submarina”, se despidiera prematuramente.
Estas tragedias no solo resaltan los riesgos inherentes a esta práctica, sino que también han unido a las comunidades de pescadores submarinos en un llamado a extremar las medidas de seguridad. “Nunca pesquen solos”, advierten los mensajes en redes, en memoria de quienes, con el mar como escenario de su pasión, dejaron un legado de destreza y amor por la vida submarina.
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