José Luis Tan Estrada, periodista independiente y colaborador de CubaNet, fue citado por agentes de la Seguridad del Estado en la Tercera Estación de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) en Camagüey para un interrogatorio que duró casi dos horas. Durante este encuentro, los agentes Cristian y Laura lo amenazaron y cuestionaron tanto su trabajo periodístico como su labor humanitaria, acusándolo de contribuir a la «degradación social».
En un contexto donde la represión contra la prensa independiente se ha intensificado, la citación de Tan Estrada marca un episodio más en la persecución contra voces críticas del régimen cubano.
La nueva Ley de Comunicación Social fue el centro de las amenazas de los agentes, quienes advirtieron al periodista que podría ser acusado de «mercenarismo y propaganda contra el gobierno». Esta ley ha sido ampliamente criticada por su potencial para restringir la libertad de expresión y coartar la labor informativa de periodistas independientes en la isla .
«Contribuyes a la degradación social»: las amenazas y el interrogatorio
Durante el interrogatorio, Tan Estrada fue objeto de numerosas acusaciones por parte de los agentes, quienes insistieron en que su labor, tanto periodística como humanitaria, estaba dirigida a «desmoralizar los logros de la Revolución».
Según relató luego a CubaNet, los agentes se mostraron especialmente preocupados por las ayudas que ha proporcionado a niños en situación de vulnerabilidad en la provincia de Camagüey, insinuando que estas acciones no eran más que una estrategia para «manchar la imagen del país».
El periodista también fue acusado de recibir asesoría de José Raúl Gallego, otro reconocido crítico del régimen, con quien mantiene una relación de amistad desde sus años universitarios.
«Dicen que fui entrenado por Gallego y que debo alejarme de él, ya que, según ellos, ha demostrado una actitud agresiva en redes sociales contra el país», explicó Tan Estrada.
Los agentes también mencionaron a la activista Yamilka Lafita, conocida en redes como Lara Crofs, sugiriendo que las ayudas que ambos brindan a la comunidad son meramente un acto de provocación.
La defensa de su labor periodística y humanitaria
Pese a las amenazas recibidas, Tan Estrada se mantuvo firme en su compromiso de continuar su labor como periodista independiente y activista humanitario.
«Mi pluma y tinta siempre estarán al lado del cubano de a pie, mostrando su realidad. No dejaré de hacer periodismo», afirmó a través de sus redes sociales tras salir del interrogatorio. Tan enfatizó que no se dejará intimidar por la presión de la Seguridad del Estado y que seguirá abogando por los derechos de aquellos que más lo necesitan en Cuba.
La citación se produjo en un contexto de creciente represión contra la prensa independiente en la isla, donde varios reporteros han sido objeto de amenazas, interrogatorios y detenciones.
En este sentido, Tan Estrada señaló que las autoridades intentan desacreditar su labor humanitaria, que incluye la distribución de recursos como mochilas, ropa y alimentos a niños en condiciones de pobreza extrema en Camagüey. Estas acciones han sido posibles gracias al apoyo solidario de sus seguidores en redes sociales .
La presión de la nueva Ley de Comunicación Social
La Ley de Comunicación Social, que entró en vigor recientemente, ha sido utilizada como un instrumento para silenciar a los periodistas que trabajan al margen de los medios oficiales.
Durante el interrogatorio, los agentes mostraron a Tan un expediente con supuestas pruebas de sus publicaciones en redes sociales y lo acusaron de estar «caminando hacia el delito de mercenarismo». Además, le recomendaron que aprovechara su pasaporte para salir del país, insinuando que un exilio forzado sería la mejor salida para evitar problemas legales.
José Luis Tan Estrada, sin embargo, no planea abandonar su país ni su labor.
«Seguiré recorriendo con mi Trastorbú las calles de mi República Independiente de Camagüey, buscando y contando historias», declaró con determinación, reafirmando su compromiso con los cubanos marginados y la libertad de prensa.
Este nuevo episodio de acoso ilustra las crecientes dificultades que enfrentan los periodistas independientes en Cuba, quienes, pese a la intimidación, siguen alzando su voz por la verdad y la justicia.
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