El peligro que representa la degradación estructural de las construcciones en Guantánamo es evidente y requiere una acción inmediata.
La seguridad de los ciudadanos debe ser una prioridad, incluso en tiempos de dificultades económicas.
En la ciudad de Guantánamo, algunas construcciones antiguas representan una amenaza constante para los transeúntes.
Así lo denunció en un extenso trabajo el portal oficialista Venceremos, donde detalla que el peligro de derrumbe es evidente en diversas edificaciones, como la vivienda ubicada en la calle Carlos Manuel, casi esquina con Aguilera, que se encuentra en un estado crítico y representa un riesgo para la seguridad pública.
Venceremos reseña además que, los ciudadanos, conscientes del peligro latente, expresan su preocupación por la falta de acción por parte de las autoridades.
En el caso de Bertha Rosa Mustelier, propietaria de una vivienda antigua con más de 70 años de historia, ha buscado ayuda en el Poder Popular y en el sector de la vivienda, pero se le ha informado que es su responsabilidad afrontar la situación por sus propios medios.
A pesar de sus limitados recursos económicos y la falta de apoyo familiar, Bertha no desea abandonar su hogar en el centro de la ciudad. Sin embargo, se ve obligada a retroceder en su propia casa a medida que se desploma poco a poco, con solo unas tablas tratando de sostener la estructura dañada.
Venceremos reseña que este problema no se limita a un solo edificio, sino que se extiende por toda la ciudad.
Las autoridades de Guantánamo deben asignar recursos adecuados, coordinar esfuerzos y establecer protocolos claros para prevenir tragedias y preservar el patrimonio histórico de la ciudad.
En varios lugares, como el emblemático cine Oriente, viviendas en las calles Máximo Gómez, Prado y Cuartel, entre otros, presentan un peligro inminente de derrumbe. Aunque estos casos parecen ser numerosos, las autoridades no han tomado medidas adecuadas para abordar la situación.
Ante esta problemática, la Oficina del Grupo de Desarrollo de la ciudad y la Dirección Provincial de Patrimonio han sido abordadas, pero se evidencia una falta de recursos y una falta de coordinación entre las instituciones responsables. La falta de un presupuesto asignado para atender las viviendas en mal estado y la escasez de materiales de construcción dificultan la solución a este problema.
La falta de claridad en las responsabilidades también se refleja en la falta de señalización y protección adecuada de estas estructuras en peligro de derrumbe. A pesar de que los arquitectos de la comunidad pueden emitir dictámenes técnicos sobre las condiciones estructurales de los edificios, la responsabilidad de colocar los carteles de advertencia recae en los propietarios de las viviendas.
La falta de recursos y la compleja situación económica del país son citadas como las principales razones detrás de esta falta de atención a las construcciones en peligro.
Sin embargo, la preservación del patrimonio y la seguridad de los ciudadanos deberían ser consideraciones prioritarias. Es necesario que las autoridades asuman la responsabilidad de identificar y abordar adecuadamente las estructuras en peligro de derrumbe, a fin de evitar posibles tragedias y preservar la integridad de la ciudad.
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