La jueza Marisa Tinkler Méndez rechazó la petición hecha por el actor mexicano Pablo Lyle a través de sus abogados de ser juzgado en nuevo juicio. La esperanza que tenía él, y sus familiares de ser juzgado nuevamente de acuerdo a nuevas evidencias se desvaneció en apenas unos minutos durante la audiencia celebrada en la Sala 4-6 del Edificio de Justicia Richard E. Gerstein en Miami, Florida, ayer lunes 12 de diciembre.
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Pablo Lyle, su familia, abogados y miembros de se equipo de defensa acudieron a la sala confiando en que Tinkler Méndez le daría una nueva oportunidad de ser juzgado al actor. Sin embargo, la jueza falló en contra de la propuesta. Pablo Lyle deberá quedarse en la cárcel, ya juzgado y esperar su sentencia, que puede ser de hasta 15 años tras las rejas.
El actor mexicano fue condenado por homicidio involuntario del cubano Juan Ricardo Hernández, en lo que se conoce como un incidente de ira en la carretera.
Pablo Lyle, actor mexicano, golpeó fatalmente al cubano durante unaconfrontación en la intersección de la Avenida 27 y la 12 Calle, del NW en Miami.
Él y su defensa insistieron, durante el juicio celebrado en octubre pasado que él actuó en defensa propia cuando corrió hacia Juan Ricardo Hernández, de 63 años, y lo golpeó. El jurado que lo juzgó, no lo consideró así; y lo instruyeron como culpable.
Fue el golpe propinado el causante de la muerte del cubano, quien cayó en la carretera, se golpeó la cabeza, mientras Lyle huía de la escena hasta pasándole y todo por el lado. Dejándolo allí, inerte, aunque vivo, en la carretera. ¿Quién sabe si unos minutos hubiesen sido imprescindibles para salvar su vida? Nunca se sabrá. Lo que es cierto es que Pablo Lyle dejó al cubano Juan Ricardo Hernández tendido en la calle, como si fuese un saco de escombros, y no un ser humano.
Los abogados del actor han señalado una y otra vez que fue el cubano quien provocó todo el incidente. Sin embargo, su incidente, verbal, fue con el cuñado del actor. Pablo Lyle estaba dentro del auto todo el tiempo, seguro, tanto él como su familia, y emergió en la escena solo cuando ya se había finalizado la discusión entre su cuñado y el cubano.
Este último se retiraba hacia su auto. Se alejaba. Pablo Lyle lo persiguió y lo golpeó. Incluso, antes de golpearlo, el cubano hizo un gesto de defensa, no de agresión.
Los abogados defensores argumentaron que Hernández seguía siendo una amenaza, y que Pablo Lyle corrió hacia él porque creía que podría tener dentro de su auto o un objeto o un arma que usaría para atentar contra los ocupantes del auto.
Los abogados pidieron un nuevo juicio, argumentando que el juez se equivocó al no permitirles decir en los argumentos finales que Lyle temía por la seguridad de sus aterrorizados hijos.
Sin embargo, la jueza Marisa Tinkler Méndez negó la solicitud, concluye NBC6 News su reporte del caso.
