Un nuevo feminicidio –y una cubana menos- cae sobre la conciencia de un Estado renuente a reconocer el problema y adoptar medidas puntuales para ponerle coto: Vanelis Macola, quien trabajaba como enfermera en una prisión de Sancti Spíritus, fue apuñaleada hasta morir por su expareja, el pasado 28 de febrero. Con el suyo, son ya 16 los feminicidios registrados en Cuba en los dos primeros meses de 2023.
“Esta vez se trata de una espirituana de 26 años de edad, nombrada Vanelis Macola Sierra, vecina del poblado de Tuinicú, quien laboraba como enfermera en la prisión provincial Nieves Morejón. Según testimonio de vecinos de este poblado, fue asesinada por su expareja, quien le propinó varias puñaladas. Está joven cubana deja un hijo huérfano y una familia marcada por el dolor”, reportó el Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP).
El observatorio YoSíTeCreo en Cuba confirmó que el crimen fue perpetrado en el poblado perteneciente al municipio Taguasco, ese donde la Autopista Nacional entronca con la Carretera Central, y precisó que el país sufre un ritmo de dos feminicidios por semana en lo que va de año. “Es alarmante, preocupante y desesperanzador, dado el inmovilismo de las autoridades cubanas”, admite la organización.
“Ante la negación estatal del problema, seguimos apostando a la respuesta ciudadana para la prevención de la violencia de género, en específico los feminicidios. Este es un problema de toda la sociedad y así debemos enfrentarlo”, insiste el colectivo.
A su vez, la revista feminista Alas Tensas, que realiza un seguimiento riguroso de los feminicidios en los últimos años, coincide en que los datos son alarmantes. Hasta el momento fueron verificados 32 casos en 2020, 36 en 2021 y 36 en 2022, y, de mantenerse la tendencia actual, la cifra superaría el centenar el año en curso.
A inicios de febrero, Alas Tensas insistió en su reclamo al gobierno de Cuba para que declare un Estado de Emergencia por la escalada de intimidación machista, pero sin respuesta aún: “Nos están matando porque carecemos de protocolos y mecanismos efectivos de prevención en Cuba, porque no accedemos a la justicia: persisten problemas en el cumplimiento de las órdenes de alejamiento y la recepción de las denuncias”, alerta el colectivo.
Además, la publicación lamenta que las iniciativas existentes que se quedan en papeles, como el Programa de Adelanto de la Mujer o la Estrategia, el Observatorio de Violencia de Género quedó en promesa, y la Línea 103, para hacer las denuncias correspondientes, pero ni siquiera estuvo un año activa.
