La incapacidad de las autoridades en Santiago de Cuba para gestionar incluso una página web que merezca la pena verla, refleja su absoluta ineptitud para enfrentar los problemas reales de la población.
Santiago de Cuba, cuna de la revolución, bastión de la resistencia, la ciudad que nunca se rinde. Pero, ¿de qué sirve tanta épica si lo básico sigue en el suelo? La página web del diario oficial Sierra Maestra, en pleno 2024, es un desastre técnico y visual que parece anclado en los inicios de internet. Y, claro, si ni siquiera pueden arreglar algo tan simple como una página web, ¿cómo van a solucionar problemas reales y complejos como la escasez de alimentos, el suministro de agua potable o los apagones interminables? Spoiler alert: no pueden.
El diseño de la web, véanlo en la imagen de portada, es un reflejo perfecto de la ineficiencia. Imágenes pixeladas, tipografía que se confunde con el fondo, un desorden gráfico que no invita a leer y mucho menos a confiar.
Los contadores de comentarios están en cero, un grito silencioso de desinterés por parte del pueblo que, evidentemente, no encuentra en esta plataforma nada que valga la pena.
Ahí está todo: los titulares insípidos, las noticias recicladas, los “análisis” que nadie lee. Es casi poético, si no fuera trágico, cómo esta página resume la desconexión total entre las instituciones y la realidad de los santiagueros.
Mientras tanto, en el mundo real —porque en Santiago, aunque el régimen lo niegue, hay una realidad paralela—, los problemas se acumulan.
Este año, la ciudad de Santiago de Cuba ha sido escenario de crisis tras crisis. En marzo, las protestas estallaron como nunca antes. Hartos de los apagones, de la falta de alimentos, de las mismas excusas de siempre, los santiagueros se lanzaron a las calles. La respuesta: silencio oficial y más represión. ¿Y el Sierra Maestra? Ni una mención en su web. Y… ¡mantuvo su diseño! Pero eso sí, un artículo extenso sobre cómo “el pueblo santiaguero mantiene su espíritu revolucionario”. Ironías de la vida.
En agosto, un brote del virus Oropouche puso en alerta a la provincia. Mientras los barrios más afectados enfrentaban la falta de medicinas y condiciones sanitarias mínimas, la web seguía igual de inútil, reportando actos de homenaje y efemérides. Porque, al parecer, la prioridad no es informar o ayudar, sino perpetuar el teatro de la revolución eterna.
Y ni hablar de los apagones. En diciembre, Santiago de Cuba quedó sumida en la oscuridad tras el fallo de una central eléctrica. Los santiagueros, acostumbrados ya a estas penurias, encendieron velas y cocinaron lo poco que tenían en fogones improvisados. Mientras tanto, la web del Sierra Maestra anunciaba —con pompa y baja resolución— que “se trabaja intensamente para restablecer el servicio eléctrico”. ¿De qué sirve repetir mentiras si nadie las cree?
La incapacidad de las autoridades para gestionar incluso una página web refleja su absoluta ineptitud para enfrentar los problemas reales de la población. El diseño descuidado, la falta de actualización, la desconexión total con los intereses de los ciudadanos… todo esto es un espejo de cómo gestionan la ciudad. Si no son capaces de arreglar una simple página en internet, ¿cómo van a garantizar que el agua llegue a los barrios, que las escuelas funcionen, que los hospitales tengan medicinas?
Ahora, cuatro gatos de la UJC y del PCC son convocados a una marcha – por ahí están las imágenes y son literalmente cuatro gatos gritando consignas – marchan, sin desayunar o almorzar, sabe Dios si a cambio de un refresco o un bocadito de jamonada, desde el centro de la ciudad hasta el Cementerio Santa Ifigenia para rendirle tributo al artífice de todo: a Fidel Castro.
Son cuatro gatos, pero el Sierra Maestra, con su diseño de web 0.2 (y no 2.0) dice que «así son los santiagueros» (todos) y que «rinden tributo en nombre de Cuba» (de Cuba toda) Una falacia absoluta.
Tal vez no deberíamos preocuparnos por este desastre del diseño de la web del principal órgano oficial y de comunicación en la provincia porque, el problema no es la tecnología, ni los recursos, ni siquiera la crisis económica —que siempre es la excusa predilecta—.
El problema es la actitud. Es la falta de voluntad, la indiferencia hacia un pueblo que lleva demasiado tiempo aguantando. Una web como la del Sierra Maestra no es solo un mal diseño. Es un símbolo de fracaso. Un recordatorio constante de que, en Santiago de Cuba, las prioridades están del todo invertidas. Y así, tristemente, seguirá siendo, porque son la imagen de la realidad.
La cacareada Ley de Comunicación Social debería condenar estas cosas. Ya estuvo el Periódico Girón de Matanzas como dos años sin portal oficial. Igual malestar vivió El Artemiseño. El Vanguardia demora en cargar… y después ellos no quieren que la gente se informe por otras vías. Y hablan de inmediatez (y transparencia informativa)
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