Hasta hace unos años las mujeres musculosas y bien curtidas en los gimnasios se pensaban en Cuba como los más claros ejemplos de la conocida y mal llamada “marimacha” o mujer con rasgos y actitudes masculinas. Sin embargo, al día de hoy cada vez son más frecuentes las chicas que deciden optar por estilos de vida fitness y cuya musculatura, lejos de ser un estigma, se ha convertido en un nuevo ideal de belleza.
Desde influencers, hasta modelos y entrenadoras personales, la pasión por las pesas ha calado en muchas féminas de todo el país, quienes muestran orgullosas sus prominentes espaldas, sus bíceps y tríceps bien moldeados, los abdómenes ultra cuadriculados y las piernas con cuádriceps torneados.
Aunque asumir una cultura fitness en Cuba se vuelve más que una decisión, un reto de cada día, las mujeres que lo han emprendido están dispuestas no solo a eliminar estereotipos, sino a demostrar que se trata de una meta posible.
Kobra Dickinson cuenta que a ella le han dicho de todo. Desde transexual, hasta que es una persona asquerosa con esa cantidad de masa muscular. Mientras unos intentan ofenderla, otros la considera una fuente de deseo, pero de lo que sí está segura ella misma es de que su imagen no es común en la sociedad cubana.
Una vez en un políclinico, alguien del personal de salud la encaró para decirle que lo suyo no era real, que no lo ocultara más y que admitiera que ella había nacido varón. La muchacha que cuenta en Instagram con más de dos mil seguidores, es entrenadora personal y que se abre camino en el terreno del modelaje fitness no hizo más que reír.
Algo parecido sucede con Laura Carril, una cubana muy relacionada con los nuevos emprendimientos del sector cuentapropista en la isla, a quien todos identifican como Ice Cream Marchesa y unas tres mil personas la siguen en redes sociales. Laura es también una chica con músculos, y aunque cree que no tiene demasiados, está muy orgullosa de ellos y le encanta hacerlos notar.
“Con el uso de redes sociales y el trabajo de algunas influencers, se ha visibilizado un estilo de vida que pudiéramos llamar fitness. La mayoría de las chicas cubanas, encajen o no en ese arquetipo, han entendido que la actividad física y la alimentación sana son esenciales para alcanzar una calidad de vida saludable, más allá de lo estético”, dice.
Según la propia experiencia que ha adquirido en los últimos años, la popular Marchesa cree que “Cuba ha llegado tarde al momento estético y cultural que se está viviendo en otros países desde hace tiempo, donde los músculos en una mujer no son solo algo deseado y por lo que se trabaja muy duro, sino que son también una demostración de poder y capacidad física”.
La propia Kobra opina parecido, pero aclara que el fisiculturismo es un deporte muy antiguo, y que incluso en Cuba ya se practica desde hace mucho. No obstante, es preciso reconocer que ha sido un territorio dominado en mayor medida por hombres y un tanto demeritado y subvalorado por las instancias deportivas en la Isla. Las mujeres han logrado encontrar sus espacios con la generalización del uso de internet y las redes sociales, con lo cual han conseguido hacerlo un tanto más popular.
Tanto a Laura, como a Kobra y a otras tantas chicas en el país, la pasión por el gimnasio las ha llevado a triunfar en las redes sociales y ganarse un cupo como influencers nacionales de la nueva belleza femenina, aun cuando ellas mismas prefieran no catalogarse como tal. “El nuevo patrón de belleza se centra más en lo saludable física y anímicamente”, confirma Laura.
En tanto, Dickinson, quien asegura que a sus alumnas las enseña a ser mujeres fuertes por dentro y por fuera, agrega: “Me gusta lucir así, fuerte, extrema. No estoy ni cerca de lo que realmente quiero, pero continuo mi proceso con paciencia y lo disfruto mucho”.
Más allá de que permanezcan los estereotipos que pretenden limitar a las mujeres a ciertos tipos de actividades y opinen que cargar cientos de libras en un gimnasio sea algo exclusivo de los hombres, mujeres como las que desafían estos discursos merecen el reconocimiento que están logrando en las redes sociales.
Aunque también merecen que se les valore más, que se les considere por las dificultades que atraviesan en una sociedad donde el concepto de mujer hermosa ha mutado definitivamente hacia muchas zonas y que ya no se limita a una estilizada figura y un rostro muy maquillado, sino que va mucho más allá.
