El pasado 4 de junio de 2025, falleció en La Habana el teniente coronel de la reserva del Ministerio del Interior, Elvin José Fontaine Ortiz, quien dedicó más de seis décadas a proteger a la figura más emblemática de la mal llamada Revolución cubana: Fidel Castro.
Su partida pasó “sin penas ni glorias” a nivel masivo dentro del periodismo oficial. Pese a su larga trayectoria como guardaespaldas de Fidel Castro, su deceso fue recogido apenas por el Tribuna de La Habana, blogueros y comunicadores en las redes sociales. Todos afín al oficialismo en la isla.
Fue el Centro Fidel Castro Ruz, quien más atención le dedicó al occiso, al expresar en un comunicado que “en horas de la noche del 4 de junio falleció el teniente coronel de la reserva del Ministerio del Interior, Elvin José Fontaine Ortiz”. La nota oficial sitúa su nacimiento en 1944, en el municipio de Buey Arriba, provincia de Granma, y destaca que desde su juventud se incorporó a las nacientes Fuerzas Armadas bajo las órdenes de Ernesto Guevara, integrándose primero en su escolta personal; para luego, en 1965, pasar a formar parte del primer círculo de seguridad de Fidel.
El texto oficial resalta también que Elvin Fontaine fue historiador y cronista. Se menciona que estudió taquigrafía y periodismo, llegando a convertirse en autor de obras como Fidel y la guerra desconocida, Fidel desde el Punto Uno a Playa Girón y Fidel al frente del rescate. Además, se resalta su rol como fundador del Centro Fidel Castro, dedicando sus últimos años a rescatar la memoria histórica de la escolta protectora del líder cubano, por lo que las palabras que le dedicó el Centro eran más que lógicas.
A pesar de esta reseña oficial, en los canales del Estado no se han visto homenajes multitudinarios ni cobertura periodística destacada. Ha sido una despedida contenida, sin movilizar eventos masivos ni declaraciones de altos dirigentes.
Sin embargo, la militancia revolucionaria y hasta veteranos de «la milicia de Fidel», se han manifestado por vía digital.
A través de Facebook, figuras del oficialismo como el conocidísimo militante Raúl Alejandro Palmero Fernández le dedicaron emotivos mensajes: “Misión cumplida querido Fontaine… Un abrazo hasta siempre” (…) “Ha muerto un Boyarribense de cuna…” y “serás recordado siempre por tu fidelidad al Comandante en Jefe” .
No menos énfasis en su muerte puso la internauta Daily Sánchez, de quien desconocemos su parentesco con el finado, pero quien dedicó varias publicaciones al retirado militar, en las que dejó escapar un sin número de fotos, casi inéditas del occiso. En una de las publicaciones el conocido presentador cubano Oni Acosta Llerena, recordó la última vez que lo vio y preguntó si ella sabía si Fontaine había logrado culminar un libro que estaba escribiendo.
Un reportaje en Tribuna de La Habana, escrito por el ex agente de la Seguridad del Estado cubano, Carlos Serpa Maceira, destacaba además «la talla moral de Fontaine, su modestia, su vocación pedagógica y su rol como guardián de la memoria histórica». Pero la cobertura se limita a espacios institucionales reducidos, sin que el país haya sido convocado a recordarlo, ni que su fallecimiento haya generado eco nacional.
En contraste con la vida pública que llevaron otros guardianes históricos, la muerte de Fontaine ilustra una paradoja del sistema cubano: figuras cruciales para la seguridad del Estado pueden pasar del absoluto anonimato a homenajes oficiales discretos, sin lograr una conmemoración popular, mediática o estatal significativa.
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