Miami y varias regiones de Florida están experimentando un aumento preocupante en los niveles de tráfico, lo que no solo está provocando frustración y pérdida de tiempo entre los conductores, sino que también está contribuyendo a un aumento alarmante en los incidentes de ira al volante.
Según un estudio reciente de INRIX, Miami se clasifica como una de las ciudades más congestionadas de Estados Unidos, con los conductores perdiendo un promedio de 105 horas al año debido a los atascos de tráfico.
El informe revela que el tráfico de Miami en 2022 aumentó un 59 % desde 2021, con destaque para el congestionamiento en el 826 o Palmetto, la 836 o Dolphin Expressway y la US-1, según cita un especialista.
Este hecho la ubica como la novena ciudad en el top 10 de las más congestionadas, junto con la ciudad de Bogotá (6), Toronto (7), Palermo (10), y es un anuncio verdaderamente alarmanete, porque en la clasificación mundial de 2021, Miami se encontraba en el puesto 32. Es decir: de un año para otro, Miami brincó 23 puestos.
El listado lo encabeza Londres, seguida de Chicago, París y Boston y Nueva York, en este orden.
La situación, señala el estudio, está costando a cada conductor aproximadamente $1,773 al año, una cifra que refleja no solo el costo del tiempo perdido, sino también el del combustible adicional y el desgaste del vehículo, según señala Telemundo51.
Sin embargo, más allá de la frustración y los costos económicos, el tráfico pesado está teniendo un impacto más oscuro: un aumento en los incidentes violentos de ira al volante.
En un caso trágico en el condado de Polk, un hombre murió como resultado de un incidente de ira al volante. El sospechoso involucrado en este caso aún está en libertad, lo que aumenta la sensación de inseguridad entre los residentes locales, detalló Telemundo49; una situación que no es exclusiva de ese condado, sino también de todo el suroeste de Florida, donde se han reportado varios incidentes de ira en las carreteras captados en cámara.
El propio portal informativo reseña en otra nota publicada que esta tendencia perturbadora ha llevado a la creación de una unidad especial dedicada a combatir la violencia vial.
La ira al volante, un producto de la frustración y la impotencia que sienten muchos conductores cuando están atrapados en el tráfico, puede tener consecuencias peligrosas y, a veces, fatales. Desde altercados verbales hasta violencia física y uso de armas, estos incidentes representan una amenaza significativa para la seguridad pública.
Y, mientras se lucha por combatir el mal educando con campañas de concienciación pública sobre los peligros de la ira al volante y la importancia de la cortesía en la carretera, no son menos culpables quienes deben velar por mejorar la sincronización de las señales de tráfico y desarrollar alternativas de transporte público, que en el caso de la Florida son bastante deprimentes.
Incluso, se pudiera fomentar aún más las llamadas opciones de teletrabajo, las cuales pudieran reducir sin lugar a dudas el número de vehículos en la carretera, y a la larga jugar un papel vital en la mitigación de estos incidentes.
También, aunque ya no de manera profiláctica, hay quienes plantean que se deben implementar sanciones más severas para los infractores que incurran en los casos de ira al volante, además de ofrecer programas de manejo de la ira y resolución de conflictos para los conductores afectados.
Lo cierto es que mientras Miami y otras áreas de Florida continúan creciendo, con la llegada masiva de cientos de miles de inmigrantes, la mayoría procedentes de países centroaméricanos y latinos – de habla hispana o no – que se asientan en esta zona por la afinidad cultural y de lenguaje, la necesidad de soluciones sostenibles y efectivas para gestionar el tráfico y garantizar la seguridad en las carreteras nunca ha sido tan crítica.
