Cuba atraviesa una nueva ola de apagones, exacerbada por la salida de la unidad 6 de la Termoeléctrica de Mariel, una de las principales fuentes de generación eléctrica en la isla.
La crisis energética, marcada por cortes de más de 1,000 MW que impactan al 40% del consumo nacional, ha obligado al cierre de escuelas y empresas no esenciales para racionar la energía disponible; y en este contexto, México envió 400,000 barriles de crudo a través del buque “Vilma,” perteneciente a GAESA, desde el puerto de Pajaritos, Veracruz, con la esperanza de aliviar la situación, señalan medios aztecas como CódigoQro y Cambio de Michoacán.
Estos envíos no son nuevos, ya que México ha sido un importante proveedor de crudo a la isla desde el año pasado.
Sin embargo, la situación ha empeorado en 2024 debido a la reducción de las exportaciones de Venezuela, el principal proveedor energético de Cuba, que ha reducido su suministro de 60,000 a 32,600 barriles diarios este año.
La complejidad logística del traslado de crudo desde México se hace evidente, ya que el tanquero viaja con su rastreo satelital desactivado, dificultando el seguimiento de su trayectoria y manteniendo en secreto la frecuencia de sus viajes.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, reafirmó en días pasados el compromiso de seguir apoyando a Cuba en momentos de necesidad, asegurando que estos envíos forman parte de una política de «ayuda humanitaria» para enfrentar los apagones.
Esta colaboración política se consolida con las políticas previas de Andrés Manuel López Obrador, quien incrementó el flujo de crudo a la isla como respuesta a lo que considera un embargo “inhumano.” Los envíos regulares de crudo mexicano han sido esenciales para la isla, cubriendo hasta una cuarta parte de sus necesidades energéticas.
La llegada del crudo mexicano es fundamental, ya que las centrales eléctricas de Cuba dependen en gran medida de tecnología obsoleta, cuya capacidad operativa se ve comprometida por averías frecuentes y la falta de mantenimiento.
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