La comunidad cubana en el sur de la Florida, quizás la más emblemática de la diáspora, está feliz porque el astro argentino Lionel Messi jugará para el Inter de Miami, un equipo con muchos vínculos con la isla.
De entrada, la organización presidida por el crack inglés David Beckham –un entusiasta de la salsa, y no precisamente de pollo- es propiedad de los hermanos cubanoamericanos Jorge y José Mas Canosa, y en sus filas milita el cubano Modesto Méndez, quien está emocionadísimo.
Ya el rosarino se había enfrentado a este club a finales de septiembre de 2022, cuando Argentina disputó un preparatorio de cara al Mundial de Catar, donde Messi finalmente alzaría el más que merecido trofeo de campeón mundial, el único que faltaba en sus vitrinas.
En aquella oportunidad jugó contra el mencionado Méndez, y los también cubanos Dairon Reyes y Pedro Faife Jr., quienes alucinaron con la posibilidad de ver y medirse ante la “Pulga”.
“No creo volver a vivir una experiencia como la que disfruté esta tarde. Fue algo loco, algo inexplicable. Medirte con esos grandes jugadores y poder brillar es algo que no tiene comparación”, comentó Reyes entonces.
Aunque con su llegada a Miami el legendario delantero argentino estará bien cerca de Cuba, geográfica y culturalmente, lo cierto es que hace una década estuvo a punto de visitar a la isla, y no precisamente para hacer turismo.
Hace poco más de una década, el propio padre del jugador, Jorge Messi, dijo a la agencia oficialista Prensa Latina que su hijo podría viajar a Cuba para recoger el premio al Mejor Deportista Latinoamericano de 2011, concedido por dicho medio.
«Lionel les comunica que está planeando poder visitar este hermoso país y quizás pueda hacerlo durante sus vacaciones del 2012», declaró entonces el presidente de Leo Messi Management S.L., mediante un correo electrónico dirigido a Prensa Latina
Según dicho medio, en el mensaje Lio afirmaba que para él constituía “un orgullo” recibir el galardón que antaño había conseguido el astro argentino Diego Armando Maradona, en 1986.
Aquello generó mucho entusiasmo entre la fanaticada tanto de la albiceleste como del club español de fútbol Barcelona, donde Messi protagonizó múltiples gestas en “el deporte más hermoso del mundo”, como lo definía el relator Luis Omar Tapia.
Sin embargo, todo quedó en aquella promesa, y no faltó quien pusiera en tela de juicio la veracidad de la mencionada comunicación, que, tal vez, fue un recurso del viejo Messi para no hacerle un desaire a la invitación de Prensa Latina.
Lo cierto es que todos se quedaron con las ganas de ver a Messi caminando La Habana, como sí hicieron otros grandes del fútbol, como Iker Casillas, Sergio Ramos e incluso Cristiano Ronaldo, quien se dice que estuvo por Matanzas cuando aún no había triunfado en Manchester, ni era un fenómeno global.