La casi desabastecida tienda del hotel Comodoro, en La Habana, vende un cerdo flaco y con aspecto terrorífico por poco más de 273 MLC, lo que equivale a 31.210 pesos, o casi 15 veces el salario mínimo en Cuba.
En el mercado, donde sólo se puede adquirir productos mediante tarjetas magnéticas asociadas a cuentas bancarias en moneda libremente convertible, también ofertan paquetes de pechuga a casi 20 MLC y pollos enteros por 23 cada unidad.
Asimismo, tiene estantes llenos con pomos de salsas y sazones de una mini industria llamada El Roble, que la mayoría de los clientes pasa de largo por su mala calidad y precios excesivos.
La moneda libremente convertible o MLC amaneció este lunes cotizando a 114 CUP en el mercado informal de divisas cubano, un valor lejano a la tasa de cambio oficial de 24 por uno establecida por el gobierno al inicio de su fracasada Tarea Ordenamiento.
En medio de una de las peores crisis económicas de las últimas décadas, que coincidió con la pandemia de COVID-19, el ejecutivo encabezado por Miguel Díaz-Canel emprendió una reforma monetaria que eliminó la circulación del peso convertible CUC y devaluó el peso un 2.300%.
El primero y más notable de los resultados del ordenamiento fue una espiral inflacionaria impulsada por el aumento de los costos de producción, que a la postre terminó diluyendo los salarios de los trabajadores y pensionados.
En octubre pasado las autoridades reconocieron que la “inflación minorista” era la principal “desviación” de la Tarea Ordenamiento, debido a que los costos de la canasta de bienes y servicios de referencia casi duplicaban los números diseñados como parte de la reforma, que tomó al gobierno cubano 10 años de estudio y promesas.
Por otra parte, el ordenamiento debía “sacudir” el sistema empresarial cubano y a las bases productivas, pero los aumentos de producciones no llegaron y actualmente la población enfrenta una escasez de alimentos que obliga a comprar a valores astronómicos.
La producción de carne de cerdo en Cuba disminuyó un 53,5% en 2021, la carne de ave registró una caída del 20.8% y la de ganado ovino un 32.5%, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información.
Entretanto, los medios de prensa y propaganda estatales critican a comerciantes privados y revendedores por especular con el valor de los productos, mientras guardan silencio sobre los abusivos precios en comercios estatales, sobre todo en los que venden mercancías en divisas a las que no tienen acceso la mayoría de los cubanos.