Médico cubano fallece en México y doctora cubana muere en Angola, pero su caso queda en silencio

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Dos lamentables noticias sacuden a la comunidad médica cubana en el extranjero: el fallecimiento del doctor Asiel Pérez Rocillo en México y el deceso de la doctora Santa Gaspar Lewis en Angola. Sin embargo, mientras el primero ha sido ampliamente divulgado, el caso de la doctora Gaspar Lewis parece destinado al silencio y al olvido.

El doctor Asiel Pérez Rocillo, especialista en Medicina Familiar, perdió la vida de manera repentina este sábado en Xicotepec, Puebla, donde prestaba servicios como parte de la brigada de más de 3,000 profesionales de salud cubanos enviados a México.

La embajada de Cuba en México confirmó el fallecimiento a través de un comunicado difundido en redes sociales, pero no reveló las causas del deceso. La noticia ha generado una ola de condolencias y también un renovado debate sobre la exportación de médicos cubanos, en un contexto donde la isla sufre una crisis sanitaria severa.

Por su parte, la doctora Santa Gaspar Lewis, especialista en Medicina Interna y oriunda de Guantánamo, falleció en Angola el 8 de enero a causa de complicaciones del paludismo. A diferencia del caso de Pérez Rocillo, su muerte ha sido recogida solo por publicaciones menores en redes sociales y algunos comentarios de colegas y amigos. Gaspar Lewis llevaba varios años ejerciendo en Angola bajo un contrato personal, enfrentándose a los riesgos inherentes de trabajar en una región donde el paludismo es endémico y muchas veces mortal para quienes no están inmunizados.

El contraste entre la cobertura de ambos casos es evidente. Mientras la muerte de Pérez Rocillo ha sido manejada con cierta formalidad diplomática y ha generado una avalancha de mensajes oficiales y condolencias en redes sociales, el fallecimiento de Gaspar Lewis ha quedado relegado a un espacio donde el silencio es casi ensordecedor. La falta de visibilidad podría atribuirse al hecho de que ella no formaba parte de una brigada oficial, sino que trabajaba por contrato independiente.

La muerte de estos dos profesionales plantea preguntas importantes sobre las condiciones en las que trabajan los médicos cubanos en el extranjero, especialmente en países con altos índices de enfermedades tropicales. Si bien el gobierno cubano se apresura a destacar la «solidaridad» de sus brigadas, el precio humano parece ser ignorado.

En el caso de Pérez Rocillo, la embajada cubana en México aseguró estar llevando a cabo todas las gestiones necesarias para su repatriación, subrayando el compromiso de las autoridades con el apoyo consular. Sin embargo, nada se ha dicho sobre medidas para proteger mejor a estos profesionales o garantizar condiciones de seguridad que mitiguen riesgos innecesarios.

Por otro lado, el fallecimiento de Gaspar Lewis deja al descubierto las vulnerabilidades de quienes ejercen en el ámbito privado. La falta de acceso a recursos sanitarios adecuados y la exposición a enfermedades mortales son solo algunos de los desafíos que enfrentan. En las redes, los mensajes de condolencias de amigos y colegas reflejan el respeto y aprecio que generó en vida, pero también la indignación por la falta de reconocimiento institucional.

A estos dos casos se suma la muerte el 4 de enero de este año, del doctor Jorge Luis Dupré Zanetti, quien era director de salud en el municipio de Carrizal, en el estado de Miranda, Venezuela, desde 2021, como parte del programa de colaboración entre los regímenes de ambos países.

Muerte de colaborantes de la salud cubanos en el extranjero

En los últimos cuatro años, se han reportado al menos otros dos casos de un colaborante de la salud cubano que falleció a causa del paludismo (malaria) en Angola: la Dra. Yaneidys Barea Gregori.

De 40 años, falleció el 4 de julio de 2024 en la provincia de Las Tunas, Cuba, pocos días después de regresar de una misión médica de 18 meses en Angola. Su muerte fue atribuida al paludismo, y se generaron críticas sobre posibles fallos en los protocolos de salud y retrasos en el diagnóstico y tratamiento.

Su caso fue conocido, pero no captó la relevancia de la muerte en el 2014 del enfermero Reinaldo Villafranca Antigua. Este miembro de la brigada médica cubana que combatía el ébola en Sierra Leona, falleció en noviembre de 2014 debido a paludismo con complicación cerebral. Aunque estaba en una misión contra el ébola, su muerte fue causada por malaria.

El caso más mediático que involucra a un colaborante de salud cubana fallecido, es la presunta muerte de los médicos cubanos Assel Herrera Correa y Landy Rodríguez Hernández, quienes fueron primeramente secuestrados en Kenia en el 2019, y sobre quienes se ha informado que podrían haber fallecido en un bombardeo reciente en Somalia en 2024. Sin embargo, hasta la fecha, no hay confirmación oficial sobre su paradero o situación.

Todos estos casos son recordatorios dolorosos del sacrificio que realizan los médicos cubanos al salir de su país, ya sea por misiones estatales o contratos privados.

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