El caso de la cubana Heydi Sánchez Tejeda, una madre que fue deportada la semana pasada tras ser separada de su esposo y de su hija en Tampa, ha acaparado la atención de la comunidad cubana.
El dolor por la separación familiar, en un proceso abrupto en el que estuvo presente su hija menor, de apenas un año, causó que la pequeña —quien tiene problemas de salud— quedara tan traumatizada que tuvo que ser llevada al hospital.
En una entrevista para Univisión Noticias, Sánchez relató cómo fue su proceso de deportación, ocurrido cuando acudió a una cita rutinaria de inmigración, que había sido adelantada para el 22 de abril. Asistió junto a su abogada y su hija, sin imaginar el desenlace.
En ese momento, las autoridades le informaron que sería deportada a Cuba. La cubana, con todas sus fuerzas, intentó explicar que no podía ser separada de su hija: “Les hice la historia, le dije: ‘Yo pasé mucho trabajo para tener a esta bebé. Fueron veintiocho años tratando, de consulta de infertilidad. Fue un in vitro, un embrión muy deseado, un embarazo de mucho riesgo’”.
“‘Por favor, no hagas eso. No me arranques la vida’, le decía. ‘No me arranques de mi vida, no me separes de mi niña’. Y ellos simplemente me la quitaron. Llamaron a su papá para que la fuera a recoger porque no me dejó ni despedirme de ella. Me la arrancaron de los brazos”, contó entre lágrimas Sánchez.
“Cada vez que iba a alejándome, yo decía: ‘Me estoy separando más de mi niña’. Cada vez que veía el agua decía: ‘Estoy más lejos de mi hija. ¿Cuándo la voy a volver a ver?’”, relató en la entrevista, aún vistiendo el pulóver con el que fue deportada a Cuba, en un vuelo chárter en el que viajaban 82 migrantes el pasado 24 de abril.
Su esposo, el cubanoamericano Carlos Yuniel Valle, había denunciado previamente el “traumático e inhumano” momento que vivió al enterarse de la deportación de su esposa, quien llevaba cinco años en Estados Unidos bajo un formulario I-220B, una orden de supervisión mientras se resolvía su situación migratoria.
La congresista demócrata Kathy Castor solicitó al presidente Donald Trump que concediera parole humanitario a Heydi Sánchez, mediante una carta en la que calificó su deportación como “cruel e ilegal”.