Una mujer identificada como Ana Rosa, madre de dos hijos, fue asesinada el pasado 16 de enero en el barrio Mulgoba, municipio Boyeros, presuntamente para quitarle el bolso: una familiar de la víctima confirmó que los ladrones la acuchillaron con vehemencia, e incluso le propinaron un martillazo.
La noticia fue difundida en el Grupo de Facebook «Barrio de Mulgoba» por la internauta Maritza Céspedes, que compartió fotos de la víctima con su esposo y sus hijos, y precisó que el crimen ocurrió cuando aún no había caído la noche del todo, en un callejón conocido como Calle Jardín, que va de la zona conocida como “La Chusmita” al reparto Villanueva.
La reacción en las redes fue de estupor por el ensañamiento, así como de indignación por el deterioro de la seguridad en una región donde hace apenas dos años fue asesinada la joven Dailé López, cuando se defendía de un robo. Muchos de los usuarios achacan la violencia a la precariedad económica y al deterioro de los valores morales, una de ellos inclusó aclaró que vivía hacía 52 años en la zona y que solía ser un barrio tranquilo.
Enclavado en las inmediaciones del aeropuerto internacional José Martí, camino a Santiago de las Vegas, Mulgoba es, al decir de uno de sus residentes más ilustres, el cronista Michel Contreras, “uno de esos repartos donde cada edificio tiene otro edificio delante, y también otro detrás, y otros más a los lados. Es decir, que aquí puede faltar cualquier cosa, pero nunca vecinos”.
Por eso sorprende la impunidad de crímenes como el reciente, sin testigos ni culpables de momento, y con apenas las redes sociales como plataforma para alertar a la ciudadanía sobre los riesgos de transitar por determinados pasos a cualquier hora: está visto que ni siquiera la claridad ampara a las potenciales víctimas.
